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Pastor que salvó de El Salado criticó construcciones de riesgo

chañaral. En un acto ecuménico se recordó a las víctimas de la catástrofe en Atacama y el religioso Rubén Soto revivió su experiencia el 25 de marzo.
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En medio de un acto ecuménico para recordar a las víctimas de la catástrofe en Atacama el Pastor Rubén Soto regresó al 25 de marzo, el momento en que las aguas lo arrastraron desde su casa hacia la Avenida Costanera, donde se aferró a una palmera.

Soto fue protegido por un camión que se encontraba atascado en el lugar hasta dónde lo llevaron las aguas del Río Salado. Más tarde pidió ayuda a quienes se encontraban sobre la techumbre de uno de los hoteles de esta comuna, personas que también intentaban salvar sus vidas ante los embates del agua y los objetos que arrastraba el caudal. El pastor fue posteriormente rescatado junto a otras personas que han podido contar la emergencia y relatar como vieron que otros perdieron la vida en la batalla.

El pastor Rubén Soto recordó que llegó al puerto hace tan solo algunos meses. En medio del acto comentó que le pareció "aberrante que existieran casa en lugares de alto riesgo".

El cura párroco de Chañaral Vicente Pizarro realizó una fuerte crítica a los funcionarios de Gobierno que construyeron en lugares inapropiados las casas. También se refirió a las empresas mineras que según su impresión, por ahorrar costo, se instalan en terrenos que luego contaminan y que "en el día de mañana se lamentan como lo hacemos ahora con la partida de algunos de ellos" señaló.

La ceremonia contó con la presencia del edil de Chañaral Héctor Volta, el cura párroco Vicente Pizarro, el pastor de la Iglesia Pentecostal Carlos Fuenzalida, el pastor de la iglesia adventista Rubén Soto, jefes de servicio e invitados especiales al encuentro que se realizó en la población de la 26 de Octubre.

Los pastores concordaron al final del encuentro ecuménico sobre la necesidad de volver a levantarse y construir un nuevo Chañaral que en su construcción evite las áreas de riesgo para que esta comuna siga siendo prospera. Al término recordaron que fueron cinco las iglesias de diferentes religiones que resultaron destruidas.

La ceremonia se realizó específicamente en calle Almirante Latorre frente a una simbólica cruz que recuerda uno de los lugares donde se sintió más fuerte la catástrofe ocurrida el 25 de marzo.

Fundación Las Rosas apoyó a los adultos mayores a través de su capellán

visita. El padre Andrés Ariztía llegó hasta la región en medio de la urgencia.
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Como capellán de la Fundación Las Rosas, su principal interés son los adultos mayores, por eso el padre Andrés Ariztía llegó hasta la región para apoyar algunas iniciativas hacia los abuelos más desprotegidos. Sobrino del recordado obispo Fernando Ariztía, siente un vínculo especial con esta diócesis. "Mi primera visita fue ir a saludar a mi tío, -dijo, refiriéndose a la cripta donde descansan los restos mortales de Mons. Ariztía- he ofrecido la Santa Misa estos días por su eterno descanso y también para que su ministerio, que tanto marcó esta tierra atacameña, me ayude en el servicio a los adultos mayores más pobres y desvalidos".

Según señaló en su visita se topó con lo "dulce y de agraz" de lo que conduce una situación de catástrofe. "Visitando a las Hermanas (de los Ancianos Desamparados) en el Santuario, su Hogar; un hogar muy bueno, que tiene un cariño, un acompañamiento espiritual hacia los abuelos, muy importante. Ahí hay una gloria para la Iglesia y para Atacama. También visitando otras realidades en sectores poblacionales, campamentos, tomas antiguas. Estoy pensando en don Luis, en su pequeño hogar Casa Damablanca, allá arriba en un cerro, no sé describirle exactamente, que atiende entre cinco y ocho abuelitos, y que uno quisiera apoyar porque él se desvive por eso. Sé del caso de un abuelito que se levanta a las 3 de la mañana para ir a ayudar a llevar al baño a otro abuelito que vive en la casa del lado".

Ariztía señaló que en Atacama hay una deuda social enorme hacia los adultos mayores. "Esta hecatombe, esta tragedia, ha destapado esta realidad. Sin embargo, los abuelitos no aparecen en las noticias, no son tema. Estamos, como dice el Papa Francisco, en una ideología del descarte: no aportan, no sirven, no son tema. Y nosotros venimos a decir lo contrario: el abuelo es un tesoro, el abuelo tiene una experiencia de vida, una sabiduría adquirida, un testimonio de la fe, que queremos poner al alcance de las nuevas generaciones, y no una carga".

Un centenar de saladinos realizaron una velatón por las víctimas

ceremonia. Los asistentes recorrieron unidos las calles de la comuna.
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Más de un centenar de habitantes de la localidad de El Salado, distante a 30 Km. de la comuna de Chañaral, se realizó una velatón para recordar a los fallecidos.

En el encuentro fueron protagonistas los familiares y amigos de quienes durante el desastre del 25 de marzo fallecieron producto del lodo, materiales pesado y agua que los arrastró por cientos de metros, a algunos de ellos hasta la misma comuna de Chañaral, quienes a lo largo del mes han sido encontrados por personal de Rescate y Carabineros.

Un momento de profundo recogimiento se vivió cuando los asistentes caminaron largas horas por el sector del desastre en donde se perdieron iglesias de diferentes religiones. Al pasar por la calle principal Pedro Luján observaron el retén de Carabineros, cuya perdida fue nada más que material, pero un reflejo de la situación vivida región.

Claudia Cortés, una de las afectadas relató que el momento quizás más reconfortante es el haber recuperado a quienes fallecieron, mientras el matrimonio que murió junto "dejó un legado de amor maravilloso".

El concejal Ricardo Lock indicó que el momento en donde se pudo unificar la familia de esta localidad minera fue "cuando nos tomamos todos de la mano y nos abrazamos por un Salado con mejor futuro aprendiendo la lección de lo que la naturaleza nos advirtió".

Al final de esta velatón estos habitantes cantaron el himno de esta localidad para terminar con la entonación del Himno Nacional con la esperanza de volver a levantarse nuevamente.