Secciones

Día Internacional de la Madre Tierra

E-mail Compartir

Pocos años tiene la conversación medioambiental y, en general, el cuidado de la Tierra, por parte de la sociedad humana. En general es una materia del posmodernismo, aunque ciertamente ha estado presente en todas las culturas, especialmente orientales y aborígenes, donde nuestra existencia se entiende como un elemento más, como una mínima parte de un todo mucho más complejo.

Quizás como nunca, nuestro planeta está sometido a cambios y desafíos de enorme magnitud, los que tienen un origen antropogénico, vale decir, causados por nosotros y no situaciones distintas, como las explosiones de súper volcanes, o caída de meteoritos, como tantas veces ocurrió en millones de años.

Ayer 22 de abril conmemoramos el Día de la Tierra una jornada que tuvo por principal promotor al senador estadounidense Gaylord Nelson, quien instauró este día para crear una conciencia común a los problemas de la superpoblación, la producción de contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales.

Ya está bastante socializado que el daño causado a nuestra "gran casa" es mayúsculo. Por lo pronto, aguas y territorios contaminadas, más enormes emisiones de gases de efecto invernadero, que tienen a nuestro hábitat en un cambio con insospechadas consecuencias.

El aumento de las temperaturas es un efecto de ello, pero también una causa para otros sucesivos golpes de conclusiones apenas percibidas: aumento del nivel del mar, probable desaparición o mutación de numerosas especies, modificaciones de la geografía, aspectos que han sido detallados en numerosa bibliografía científica.

Es clave tomar conciencia del problema en el que estamos involucrados y en ello asumir compromisos individuales y colectivos que garanticen la sobrevivencia de la vida.

El asunto es muy delicado y exige acciones concretas para comenzar a remediar los perjuicios y transformaciones ocasionadas. Nuestro compromiso con las futuras generaciones así lo exige.