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Clínica Atacama realizó operativo en ayuda de damnificados en Copiapó

deber. Un total de 17 profesionales realizaron la acción social.
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Para apoyar a las personas damnificadas por la catástrofe, Clínica Atacama organizó un operativo gratuito de atención médica y clínica, que se concretó el jueves 2 de abril, cuando un grupo de 17 profesionales y voluntarios que visitaron la escuela Hernán Márquez Huerta de Estación Paipote, el cual está funcionando como albergue luego de la lamentable tragedia ocurrida en toda la región el pasado 24 de marzo. La labor, contempló la atención de 60 pacientes, entre adultos y niños y se colocaron 120 vacunas para prevenir futuras enfermedades.

Esta iniciativa corresponde al compromiso adquirido por la Clínica, así lo destacó Luis Gutiérrez, gerente general de la institución, quien además señaló que "como ciudadanos corporativos responsables, esta acción social tiene por objetivo ayudar a los damnificados mediante operativos de salud, pues como empresa nos debemos a nuestros pacientes y a la comunidad que nos acoge, que en algunos casos incluso son parte de nuestro equipo de trabajo y obviamente también han sido nuestros pacientes".

Por su parte, el médico Juan Pablo Barros, jefe del Servicio de Urgencias de la Clínica y jefe del operativo, afirmó que "el servicio privado tiene mucho que aportar desde el punto de vista de la catástrofe, por lo mismo debemos sumarnos a todo lo que el gobierno está realizando, e incluso, hacer mucho más de lo que se nos pida. Nosotros como clínica tenemos el deber moral de ayudar a la población, por lo mismo, hemos generado un plan de contingencia que contiene más operativos de esta índole".

En los próximos días este operativo se realizará en otras zonas afectadas por el aluvión, especialmente en aquellos lugares donde el acceso a la salud es más complicado.

Conocido chañaralino será trasladado a Santiago y tiene una leve mejoría

emergencia. El día del aluvión quería evitar que camiones con ácido llegaran al río y pudieran matar a la gente. Sin embargo, la corriente lo arrastró.
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Julio Palma Vergara el conocido chañaralino que fue arrastrado por el aluvión el 24 de marzo en Chañaral, se encuentra grave, pero con una leve mejoría.

La familia decidió trasladarlo a Santiago hoy en un avión ambulancia, ya que tiene una herida expuesta y por ello intentarán realizarle injertos.

Durante 16 años Julio Palma fue consejero regional de Atacama, también su labor ha sido reconocida ya que fue elegido como el hombre del Bicentenario en Chañaral.

Actualmente se desempeña como ejecutivo de la empresa Tamarugal ubicada cerca del río en Chañaral. El día del aluvión fue a retirar los camiones con ácido para que el río no arrastrara los camiones porque la mezcla del ácido con el agua es letal. "Él fue a sacar los camiones con ácido, no para salvar los camiones, sino porque si el río arrastraba los camiones el ácido iba a matar a la gente. En Chañaral está su familia, sus amigos, alcanzó a sacar ocho camiones", dijo su hija Patricia Palma.

Julio Palma estaba en la camioneta con otras dos personas cuando el río los arrastró. Alcanzó a rescatar a uno de sus compañeros, pero el otro se encuentra desaparecido.

La camioneta la arrastró el río y se reventó el parabrisas. Tras salir del vehículo fue un durmiente el que logró mantenerlo a flote, se desplazó cerca de tres kilómetros arrastrado por la corriente. Fue un carabinero con un vecino los que con una cuerda lograron rescatarlo.

Patricia Palma agradeció a los copiapinos y chañaralinos que donaron sangre. "Él está luchando por su vida, tiene múltiples fracturas".

Finalmente expresó que "estoy agradecida de la gente en Copiapó y Chañaral. Nos han apoyado todo este tiempo, eso se agradece".

Copiapino entrega alegría con mensaje en saco papero

ánimo. Tiene una polera y en su mano un mensaje para los conductores y transeúntes: "Sonríe hay cosas peores".
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Con un trozo de saco papero y una caña, Rubén Fuentes se las ingenió para dar un momento de alegría y ánimo a la gente de Copiapó ante la catástrofe con un mensaje claro: "sonríe hay cosas peores".

A pesar de las circunstancias Rubén busca que los conductores que transitan por la calle Maipú puedan esbozar alguna sonrisa. "Esta es mi casa, estoy con el barro hasta las rodillas y el patio ni te cuento. He tenido que dormir acá. Si mientras te quede la cama y la señora, lo demás está bien, pa´ qué más (sic)".

La idea comenzó el segundo día de la catástrofe, cuando una mujer estaba cabizbaja y le dijo unas palabras. "Vi a una señora al segundo día que pasó muy triste y le dije "sonría, hay cosas peores" y como sonrío se me ocurrió plasmarlo en un saco".

Estos días en que lo han visto en las afueras de calle Maipú se han acercado personas con agua y comida para sus mascotas, además de algo de dinero que le ha ayudado.

Inclusive alguien se acercó para darle un obsequio para que siguiera con su misión. "La polera me la regaló un caballero que trabaja en serigrafía, un par de días antes me dijo "yo te voy a traer una polera por tu buena onda y de ahí no me la he sacado", explicó.

Rubén siente que falta ánimo, algo que él busca entregar. Dice que "falta optimismo, alegría, estar siempre con un poquito más de chispa ante la situación. Hay muchas personas que pasan en vehículos rápido o que se les inundó su casa, y hay mucha gente que está peor, que perdió todo, no tienen nada, están matándose de sed, de hambre, hay gente que está grave en el hospital, muchos que perdieron a la familia".

Está en la misma calle cada día hasta que comienza la restricción vehicular y hace una buena evaluación de los conductores. "Puedo hacer reír al 90%, al otro 10 no".

Para Fuentes, esta es una acción con la cual muchos pueden contagiarse de ánimo y alegría. "Es como una cadena, si tú haces sonreír a alguien, otro también sonríe porque si andas enojado, imagínate, yo ando enojado y ando con cara fea, tú me ves e e inconscientemente me mira con cara fea y después a otras personas y a otras y otras. Si les pones una pequeña sonrisita los cabros se alegran y así es como se va ayudando a otras personas".

Familia solicita la ayuda médica ante pequeño de dos años con varicela

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Cerca de 45 personas se encuentran albergadas en una maestranza en el pasaje 4 del Barrio Industrial en Paipote y relatan que necesitan de un médico porque hay una embarazada de seis meses, un pequeño de dos años con varicela y una guagua de un mes que está resfriada.

La familia de Paipote llegó al lugar el día del aluvión y buscaron cobijo en ese sector con el permiso de sus dueños del recinto se quedaron habitando en el lugar. Cuentan que ha llegado ayuda para subsistir, pero requieren que alguien pueda chequear su situación médica porque hay un bebé de tan solo un mes que se encuentra enfermo y otro pequeño con varicela, según creen ellos. "Son como quince niños, en total somos 40, todos familiares. Uno de mis hijos está hace dos días con varicela. Tenemos alimentación y agua. Logramos arrancar todos el día del aluvión", señaló Ninoska Echeverría.

Además la afectada señaló que necesitan colchones porque están durmiendo en el piso.