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Es el momento de fortalecer las redes

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Ante la catástrofe que vive la zona norte hay que entender que no sólo se trata de las inundaciones, sino que todo lo que viene después: hacerse cargo de una ciudad llena de barro, sin agua potable, con una cantidad considerable de damnificados y hasta incomunicada. Es una tarea que probablemente no muchos políticos querrían asumir. Alguien tiene que hacerlo, no podemos esperar que un problema de varias ciudades -y por ende de miles de personas- se resuelva solo.

Como hablamos de un problema a nivel de sociedad, es bueno recurrir a algunas cosas que conocemos a través de la Sociología. Curiosamente esta disciplina que estudia con herramientas científicas la sociedad no le ha dedicado muchas reflexiones a situaciones como ésta. Por lo general, los sociólogos piensan sobre los problemas que afectan a la sociedad, pero no sobre la manera en cómo nos hacemos cargo de las consecuencias de estos problemas.

¿Qué pueden hacer los afectados? En un principio, mantener la calma y evitar repetir situaciones penosas como las que ocurrieron en Concepción después del terremoto de febrero de 2010: saqueos, comerciantes con precios abusivos, etc. Luego, considerar las recomendaciones de las autoridades pertinentes. Esto puede ser complicado en ciertos casos, pero probablemente es mejor seguir las orientaciones de personas preparadas para manejar grandes grupos en situaciones de emergencia.

Otra recomendación para estos casos es fortalecer las relaciones sociales. Nosotros formamos redes sociales en nuestras vidas cotidianas, que en estas situaciones conviene fortalecer. Desde el punto de vista del capital social, y lo que nosotros podemos hacer con él, hay un componente importante que sirve para enfrentar emergencias. Un grupo de personas unidas puede lograr mucho más que una, pero para que ello sea factible, esas personas deben confiar entre ellas, deben poder trabajar juntas.

En síntesis, en esta situación es altamente necesario confiar en las instituciones. Y no me refiero únicamente a las instituciones formales como el Gobierno, Cruz Roja, Bomberos, etc., sino también a las instituciones informales como las redes sociales que posibilitan solucionar ciertos problemas cotidianos. A través de la cooperación se pueden resolver problemas y se puede manejar de manera adecuada una lamentable situación como la que sucede en el norte del país.

Terminemos con las improvisaciones

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Municipios que no tienen proyectos que mostrar, autoridades que no tienen planes para el futuro, o empresas que no contemplan a sus comunidades como socios, son fenómenos que tienen un común denominador.

En cada uno de los casos se cuenta la falta de previsión, la ausencia de un plan, la poca revisión de los detalles que permiten alcanzar el éxito.

Y el problema es que tenemos demasiado de aquello. Malamente nos dio nuevamente en la cara con las lluvias de esta semana. No había estrategia clara para enfrentar las dificultades de este tipo.

Es cierto, difícilmente se podía prever la magnitud; sin embargo, sí era conocido que estaba en ciernes un fenómeno climático complejo. Y eso es lo que falta permanentemente en el país: Asumir los compromisos y los errores cometidos, los que en muchos casos terminan costando demasiado caro.

No se trata de ser molesto sin razón aparente, sino de aprender y gestar una institucionalidad, o procedimientos básicos mínimos que se repitan, que sean conocidos y que permitan ser eficientes en el desarrollo.

Cuando aún masticamos los dolores de lo ocurrido, conviene tener presente que los errores y omisiones deben indagarse, no sólo a nivel de autoridades, sino de empresas, familias y personas.

Otra vez, por ejemplo, el comercio dejó de funcionar al no contar con conectividad. ¿No aprendimos nada después del terremoto de Iquique, o el 27/F? ¿Acaso no pasó exactamente lo mismo?

Lo deseable es que a esta altura, esta actividad tenga un plan de contingencia que le permita sortear situaciones de este tipo que, por lo demás, volverán a ocurrir mucho más que una sola vez.

Para el caso de las familias, la situación es la misma. Tener agua y alimentos en cantidad suficiente, dinero en efectivo, etc.

Y para el gobierno y las autoridades en general, es absolutamente necesario mejorar las coordinaciones, protocolos y evaluación de los riesgos existentes. Podemos mejorar mucho más nuestro desempeño. Estamos obligados a ello.