Albergue de Fundición Hernán Videla Lira vive de la solidaridad vecinal
Apoyo. Los pobladores del sector habilitaron la escuela desde el momento que colapsó la defensa de la quebrada. Han acogido a más de 400 personas que perdieron sus casas con el alud.
La imagen al entrar en la Fundición Paipote es como si nada hubiese pasando en la región de Atacama. Las calles están sin barro y si no fuera por unas pozas a los costados del camino el ambiente sería el que normalmente ve la gente en el lugar.
La realidad cambia en forma radical cuando se llega al sector de la escuela Fundición Paipote. Son alrededor de 50 personas las que se encuentran durante el día y en la noche ascienden a 200. En total han recibido más de 400 albergados en el edificio.
"Cuando la defensa se rompió, un vecino nos subió en su bus y nos trajo acá. El agua se venía con todo, yo gritaba que me quería ir, que me quería ir. El agua ya nos estaba sobrepasando, yo ahora no he ido a mi casa. Ya sé que lo perdí todo", lamenta Sandra Mercado, afectada por el alud.
La mayor parte de la gente que llega a la fundición es vecina del sector de Vergara, quienes lo perdieron todo. "Cuando vino el aluvión un vecino nos ayudó a salir y nos trajeron acá. Germán Vásquez (poblador) nos salvó a varios cuando perdíamos nuestra casa en los escombros. Yo estoy acá gracias a él, sino no podría estar contando esto", resaltó Cecilia Ávalos, albergada.
Organización
La escuela Hernán Videla Lira se organiza como albergue tras la primera lluvia y ante la necesidad de los vecinos de Paipote. En el edificio siempre hubo agua y luz, además de baños.
"Solicitamos la escuela al momento que las lluvias se intensificaron y no tuvimos ningún problema. Empezamos a recibir la gente que venía de Paipote a alojarse acá. Nos organizamos entre vecinos y tuvimos colaboración de Enami", dijo Alejandro Robles, que está a cargo por la empresa del sector de la escuela. Agrega que "la gente acá estuvo sola muchos días, el apoyo y organización de los vecinos ha sido fundamental para mantener el orden. Acá nos llega comida y la hemos dividido para usar lo necesario y donar a los lugares de Paipote que más lo necesiten".
Agradecidos
"Yo no tengo nada, mi casa ya no existe y acá he tenido lo necesario para estar tranquila. No he visto mi casa por la pena de perderlo todo, pero debo agradecer que por la gente que nos recibió acá he podido comer y dormir", agradeció Sandra Mercado.
"Nosotros les damos alimento y un lugar donde estar. Hoy llegaron colchonetas municipales y con las que ya teníamos podemos tener a la gente más cómoda", resaltó Francisca Godoy, una de las encargadas.
Los albergados en la Fundición destacan la solidaridad entre vecinos. "Acá lo más valorable son las personas, hasta atención medica tenemos. Yo solo tengo palabras de agradecimiento para los vecinos. Desde el momento que me salvaron del alud, hasta ahora que puedo dormir y comer bien pese a perderlo todo", dijo Ávalos.