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Afectados por aluviones y salud mental

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Aluviones, ríos desbordados, muertos, heridos, desaparecidos y gente que lo ha perdido todo, son las consecuencias de la tragedia meteorológica que azotó al norte de nuestro país.

Más allá de la recuperación física y económica de los habitantes de las zonas afectadas como Chañaral, Copiapó, Antofagasta y Tierra Amarilla, entre otras, la preocupación también se centra en su salud mental.

En estos momentos, la gente lucha por lo suyo, por su vida, sus enseres. La gente que lo perdió todo, tendrá una situación sicológica bastante complicada, en que podría caer en la rabia, frustración, desesperación y esto podría derivar en una depresión.

Las personas pueden tardar entre 15 días y un mes en recuperarse en lo emocional, pero hay otras que podrían demorar hasta seis meses, pasando este tiempo podría hablarse de algo patológico.

El Estado, tal como se debe preocupar de proporcionar la seguridad, albergues, atenciones médicas, preocuparse en lo que se refiere a salud física, también debe considerar la salud mental en estos casos de catástrofe.

Respecto a los saqueos, se puede decir que el vandalismo siempre está presente en las catástrofes naturales, en todo el mundo. Quienes cometen estos hechos carecen de sentido moral, de empatía, el pensar en ponerse en el lugar del otro.

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"No quería ni llorar para no perder fuerzas"

Nelson Enrique García Ossandón, cayó en un pique minero en las cercanías de Diego de Almagro y estuvo atrapado por cinco días sin atención médica y sin alimentos.Este dieguino de 40 años resbaló hacia el interior de el hoyo mientras intentaba tomarse una fotografía. No comió y evitaba llorar para no perder fuerzas.

Demolerán cuatro casas tras violento sismo

Eran las 11:52 minutos de ayer viernes 26 y la tierra se movió en Atacama. Con una magnitud de 5,9 grados Richter (según el informe del Servicio Sismológico de la Universidad de Chile) y epicentro a 48 kilómetros al noreste de Huasco, este movimiento telúrico si bien causó nerviosismo en la población, no generó daños.

Chile consiguió un triunfo de oro

Terminó el partido en Lima ante Perú y una de las primeras jugadas de Jorge Sampaoli fue llamar a Esteban Paredes. Lo necesitaba en Santiago para ser estelar ante Uruguay en el Estadio Nacional. Y vaya que le resultó la idea al casildense, porque el ex Colo Colo abrió la ruta en el triunfo 2-0 de Chile antela escuadra celeste.

Muerte y desolación

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En sus 270 años de existencia, hay registros de cuatro o cinco eventos de estas características en Copiapó y en general en la región: lluvias intensas, torrenciales, bajadas catastróficas de las quebradas y del mismo río Copiapó. El último evento de esta magnitud ocurrió en julio de 1997 y hubo cinco personas fallecidas además de cuantiosos daños materiales.

Y la madrugada del miércoles nos tocó ser testigos de una nueva tragedia. Según los reportes cayeron cerca de 80 milímetros de agua en promedio en muy poco tiempo, lo que hizo colapsar las quebradas en todo el valle y desbordó el río Copiapó, que volvió a tener agua tras cuatro años. Pero no fue todo. La quebrada de Paipote también descendió con una fuerza inusitada y es una de las grandes responsables que Los Carrera y Leonidas Pérez se transformaran en verdaderos ríos y se inundaran poblaciones y villas enteras en el sector de Los Llanos, Punta Negra y Placilla Morales.

Sin desmerecer ni minimizar la situación del río Copiapó, lo ocurrido con la bajada de la quebrada de Paipote obliga a considerar la necesidad de contar con obras de contención al más alto nivel para la ciudad. No es dable considerar que las autoridades no decidan ejecutar un proyecto de este tipo, porque sin duda que episodios así se repetirán en el tiempo, tal vez no este año ni el próximo, pero no sabemos si en diez o quince años. Cualquiera que llegue desde Diego de Almagro por la ruta Ch 31 y tenga un poco de sentido común, se puede dar cuenta que la configuración geográfica se da especialmente para que se junten aguas y lodo de muchas quebradas menores y vayan a dar a la quebrada de Paipote. Y eso fue lo que generó los problemas más graves en una ciudad que no está preparada para la lluvia, que no tiene un sistema de recolección de aguas producto de precipitaciones, que pese a las alertas de los especialistas no se preparó como debía para lluvias que estaban anunciadas con al menos una semana de anticipación y que hoy debe lamentar muertes, desolación y mucha incertidumbre.