Los primeros sondeos a boca de urna apuntaban ayer a una victoria de la centroderecha en la primera vuelta de las elecciones departamentales francesas, y a una fuerte derrota para el gobernante Partido Socialista.
Las encuestas otorgaban una victoria con entre el 31% y el 36% de los votos a la alianza entre los conservadores de la Unión por un Movimiento Popular (UMP, liderado por el ex Presidente Nicolas Sarkozy) y los centristas de la Unión de Demócratas e Independientes (UDI).
La ultraderecha del Frente Nacional (FN), que partía como favorito en los sondeos, no consigue ser la formación más votada, pero pese a todo sería la segunda fuerza política, según los primeros indicios, con un apoyo en torno al 25%.
Mientras, los socialistas del Presidente François Hollande y del primer ministro Manuel Valls podrían quedar incluso por debajo del 20% y partirán en inferioridad de condiciones con vistas a la segunda vuelta, que se celebrará el domingo 29 de marzo.
En cuanto a los grandes bloques electorales -producto de sumar los votos de todos los partidos según su afinidad ideológica-, la centroderecha se quedaría con un 38%, la izquierda llegaría al 37% y la ultraderecha estaría en el 25%, según el sondeo difundido por el canal de noticias "BFM TV".
La participación, según la estimación del canal público France Info, fue del 51,3%. El último dato oficial, a las 16.00 GMT, situaba en el 42,98% el porcentaje de ciudadanos censados que acudieron a las urnas.
El sistema de votación en las elecciones departamentales es inédito, por lo que resulta difícil establecer una comparación directa con comicios anteriores.
Los comicios, que vivirán una segunda vuelta de desempate el próximo domingo, aúnan en una misma votación las elecciones cantonales y departamentales, en virtud de una reforma administrativa aprobada en 2013. En los de 2011 sólo se votaba en la mitad de los departamentos.