Los parajes indómitos de la ruta de los Seismiles en Atacama
ascenso. El turismo aventura se ha potenciado en la región. Cientos de visitantes piden hacer una ruta que ofrece una tremenda experiencia.
U na experiencia que permite tener una conexión entre el cuerpo, la mente y el entorno es lo que ofrece el turismo aventura sobre los 4.000 metros de altura en el interior de la región de Atacama.
La Ruta de Seismiles se ha hecho popular entre los montañistas por el ascenso al volcán activo más alto del mundo como es el Ojos del Salado, pero también por cientos de turistas que buscan disfrutar de sus hermosos parajes que lo rodean.
¿Ha tenido experiencia en altura? o ¿tiene algún tipo de problema de salud?, son las preguntas bases que nos hacen el equipo de Ecotour Atacama antes de iniciar el viaje, ya que el efecto de la "Puna" puede generar malestares en el cuerpo por la falta de aire y la presión del lugar.
En total serán más de 300 kilómetros los que recorreremos con cambios importantes en los paisajes mientras se realiza el ascenso. A las ocho de las mañanas tomamos rumbo a través de la ruta internacional CH-31 que une Copiapó con Fiambalá, en la Provincia de Catamarca -República Argentina- a través del paso de San Francisco.
Al salir de Copiapó se aprecia la inmensidad del desierto y los rastros de lo que fue el paso del extinto río Copiapó. Adriana Torres y Carmen Ponce viajaron desde Molina, interior de Curicó, para conocer el sector de Laguna Verde que habían visto por internet. Durante el recorrido, las amigas no dejan de sorprenderse con el paisaje y sobre todo por los colores de los cerros por el efecto de los minerales.
ruta
La primera parada se hace a los 1.000 sobre el nivel del mar y las Ruinas de Puquio son las protagonistas. En este sector el cuerpo realiza su primer proceso de aclimatación y la falta de aire se nota. Héctor Pérez, guía de Ecotour recalca que hay que evitar movimientos bruscos y en caso de dolor de cabeza o vómitos se debe avisar inmediatamente para suministrar oxígeno.
Las ruinas eran un pueblo minero con cerca de 5.000 personas durante la bonanza del oro que desapareció. Hoy se pueden encontrar las restos de las viviendas de adobe que marcaron a la minería en la zona. Luego de esta parada histórica seguimos en el camino y sobre los 1.000 metros la vegetación comienza a aparecer con diferentes arbustos, pastizales y el típico árbol de la zona como es el Chañar.
Pasado los 2.000 metros sobre el nivel mar los oídos se tapan por la presión, pero remedios caseros como el clásico té de coca o de chachacoma son santos remedios para el malestar.
Luego de más de tres horas de viajes y sobre los 3.500 metros sobre el nivel divisamos una extensa planicie blanca rodeada de grandes montañas. Hemos llegado al Salar de Maricunga con una vista que parece sacada de otro planeta. Desperdigados en el horizonte se divisan el Cerro San Francisco de 6.016 metros, Cerro Mulas Muertas de 5.897 metros, El Muerto de 6.488 metros, Cerro Tres Cruces de 6.749 metros, Cerro Azufre o Copiapó y el Cerro El Toro de 6.168 metros.
Adriana y Carmen afirman que los paisajes del sur del país son hermosos, pero lo que están viendo es "único". La salinidad del lugar hacen que el agua de las pozas sean transparentes. Cerca del salar se encuentra la Laguna Santa Rosa, lugar de gran belleza escénica, ubicada a 3.700 msnm donde aquí se puede acampar en un pequeño refugio de madera y sacar fotografías a los bofedales que bordean su ribera y a los flamencos que viven en el sector.
Extasiados seguimos por la ruta Ch-31 y luego de pasar por la aduana chilena en que debemos dar aviso de nuestro paso llegamos hasta la imponente laguna verde. En este punto estamos sobre los 4.600 metros de altura, por lo tanto los movimientos deben ser lentos a pesar de las ganas de acercarnos con rapidez. En el borde de la laguna se encuentran pequeñas pozas termales donde los turistas disfrutan de las bondades del agua mineraliza que dicen que son muy buenas para los dolores articulares.
Para los turistas existen distintos programas que no solamente recorren la Ruta de Los Seismiles durante el día sino que también permiten pasar una noche en la inmensidad del desierto y apreciar los cielos que para muchos son los más limpios del país. Para conocer los tipos de experiencia que quieren vivir en la región, puede acercase a las oficinas del Servicio Nacional de Turismo de Atacama donde obtendrán la información de los distintos operadores turísticos de la zona y así comenzar su propia aventura.