Los guardianes del pueblo que se niega a desaparecer en Atacama
Labor. Hace más de 80 años que Carabineros tiene personal en Inca de Oro.
La localidad de Inca de Oro está ubicada a 100 kilómetros al noreste de Copiapó. Cuando el reloj marca las 10 de la mañana, la temperatura ya supera los 27 grados y los nueve funcionarios de carabineros asignados en esta zona realizan sus funciones en el pueblo que llegó a ser el más rico de Atacama y que hoy se niega a desaparecer.
En la década del 50 hasta el 70 Inca de Oro tuvo su pleno apogeo por la bonanza económica de la minería y esto se vio reflejado en su población que llegó a superar los cinco mil habitantes. Hoy la realidad es muy distinta y sus cerca de 300 habitantes conviven entre la soledad y las duras condiciones climáticas.
Acto de Servicio
La temperatura en la Inca de Oro fácilmente supera los 30 grados durante todo el año y el paisaje muestra un par de carabineros realizando servicios preventivos y algunos perros deambulando por estas calles polvorientas y desoladas, que parecen conservarse intactas como al inicio de este pueblo.
Sólo un par de calles principales están pavimentadas, contrastando con el diseño arquitectónico de sus viviendas, en su mayoría construidas de adobe y paja, muchas de las cuales aún se conservan a pesar del tiempo y el abandono de sus moradores quienes han emigrado buscando nuevos y mejores rumbos.
Del teatro y las famosas boîte y cabaret que recibían las grandes óperas y artistas traídos de Europa sólo queda su fachada y el recuerdo de algunos de los parroquianos. Han pasado más de 45 años que se terminó esta bonanza y lujuria, pero Carabineros permanece en este lugar resguardando el orden y la seguridad de sus escasos habitantes. Por cierto que con una labor más preventiva y de acercamiento a la comunidad, que la que tuvo que realizar en esos años mozos.
Hoy con un Retén más moderno y con toda la infraestructura tecnológica y recurso humano suficiente, el personal de Carabineros está inserto en la comunidad. Su labor habitual es la fiscalización vehicular en la ruta C-13 por donde transitan camiones mineros, buses y vehículos menores que cruzan el pueblo para subir a Salvador.
Compañía
Los puerta a puerta es un trabajo diario del personal del Retén Inca de Oro, pues es a través de esta labor que están en permanente contacto con los vecinos. El jefe de Retén, suboficial Christian Suazo explicó que "esto nos permite saber las condiciones en que se encuentran las personas, muchas de las cuales viven solas, como es el caso de José Emiliano Soto de 75 años, nacido y criado en este poblado". Soto relató que ganó mucho oro, incluso se daba el lujo de pagar sus gustos con pepitas de oro. Hoy y desde hace más de 10 años habita solo y junto a su perro una vivienda mejorada con aportes del Estado.
Los carabineros David Sánchez Muñoz; Luis Soto González; el cabo 2° Miguel Díaz Lobos, el cabo 1° Luis Cerda Pizarro despliegan con cariño y mucha vocación servicios Ordinarios y Extraordinarios, patrullajes de infantería y motorizados en una superficie de mil 800 metros cuadrados entre hermosos cerros de tonalidades diversas y la precordillera que esconde su encanto en este desértico lugar de la región de Atacama.
Además deben prestar servicios diarios de orden y seguridad en el poblado Las Vegas, un oasis en medio del desierto, donde sus habitantes no superan las 12 personas, en su mayoría dedicadas a la crianza caprina.
Entre las tareas permanentes que deben cumplir los funcionarios del Retén Inca de Oro destacan charlas a los pirquineros que laboran en los yacimientos mineros de esta localidad, planteando temas como la Ley de Minería, violencia intrafamiliar, alcoholismo y ley de tránsito entre otras, con la finalidad de orientar y disminuir delitos y otras faltas, que tampoco están ajenas en los habitantes de este poblado.
Así como cumplen su labor estos funcionarios policiales en un pueblo silencioso, casi dormido y que desde su época dorada guarda sólo algunos vestigios y su rica historia.