Fuegos artificiales en el Kaukari
El debut del lanzamiento de fuegos artificiales en el parque Kaukari fue sin duda exitoso. Fue una afortunada idea el ocupar este espacio, amplio y accesible, central y abierto, para que centenares de copiapinos y copiapinas pudieran apreciar el show pirotécnico.
Casi de manera improvisada, decenas de familias llegaron incluso con sus mesas plegables, canastas y cajas plásticas con todo lo necesario para pasar un buen momento. A la medianoche, la champaña, los spray con espuma y la "challa explosiva", esa almacenada en tubos que se vendían en el comercio del centro, afloraron después de los abrazos y luego dieron paso al lanzamiento de los tiros.
El espectáculo en sí mismo fue muy bueno, pero en la comunidad que acudió, varios centenares de personas, quedaron con "gusto a poco", no por la cantidad de fuegos lanzados, sino porque una vez que concluyó todo ya no había nada más que hacer allí.
Tal vez el próximo año, con planificación y coordinación entre las distintas autoridades, se podría generar un evento mayor que tal vez considere números artísticos o al menos amplificación y música para amenizar la espera, animar la cuenta regresiva y, con un poco mayor de esfuerzo, una fiesta ciudadana para ocupar este espacio que se ha transformado en la atracción de los copiapinos, que acuden allí para disfrutar de este bello parque.
Quizás haya que pensar en grande para recibir el año 2016, de manera de ir consolidando una fiesta ciudadana para recibir cada año, en un espacio público en el que el copiapino y la copiapina se reencuentren y fraternicen en un abrazo, tal como se vio este 1 de enero, cuando muchos desconocidos se abrazaban o incluso los carabineros -ejemplos de entrega en un día festivo- eran saludados espontáneamente por la gente.
De esta manera no solo se comenzaría a construir una tradición, sino que también se consolidaría este parque que está llamado a transformarse en la columna vertebral del Copiapó de los próximos veinte años.