Hasta el 24 es posible cumplir el sueño de un niño o una niña
Los funcionarios de Correos de Chile, en la sucursal de Copiapó, ya saben que antes que comience la campaña de cartas al Viejito Pascuero muchos clientes habituales preguntarán cuándo llegarán esos deseos. Este año las peticiones de los niños de la capital regional bordearon las mil. Algunas fueron recogidas y otras aún esperan en el buzón que estará disponible hasta el mismo 24 al mediodía.
Desde que Marta Godoy, jefa de sucursal Correos de Copiapó, se hizo cargo de la campaña, hace unos cinco años, ha reunido historias de alegría y frustración.
Hace tres años un niño, que indicaba vivir en una toma al borde del río, entre Paipote y el Parque Schneider, escribió al Viejito Pascuero y le pidió una bicicleta para ir a la escuela. Un joven eligió esa carta dentro de muchas otras. Compró la bicicleta y buscó al menor.
"Esa vez un chico que trabajaba en una minera se la compró y llegó con la bicicleta hasta acá y me dijo 'necesito entregarla'. Los carteros lo ayudaron y él con familiares trataron de ubicarlo. Todos trabajando en grupo para encontrar la dirección. Nunca la encontraron. Nunca pudieron llegar al niño ni a la familia, ni ver si efectivamente vivía en el río. Fue bien dramático porque el chico llegó con la bicicleta. Le dimos la idea de ir un hogar y fue a dejarla porque no teníamos dónde ubicarlo", contó Marta Godoy.
Este año dos cartas de distintas familias llamaron la atención del equipo. Uno de los niños escribe porque su mamá tiene cáncer. El otro pide una cena porque su mamá se dializa. "Son los casos más graves. Ambos piden la cena porque su mamá está enfermita de cáncer o se está dializando y por lo tanto no tienen dinero para comprar los juguetes", comentó Godoy. Los textos están escritos por los niños, la jefa de sucursal dice que eso se reconoce en la letra y en cómo escriben los menores.
Cada carta pasa por un proceso de filtro para que quienes van por la petición de un niño no sean parte de un engaño. El equipo recomienda entregar personalmente los regalos para generar un vínculo con la familia y confiar en que ese fin altruista tuvo un buen resultado.
el cumpleaños
Sí hay deseos incumplidos o hay otros que llaman la atención por la tristeza de los relatos surgen también historias que emocionan. Una de ellas es la de una dentista, cliente habitual dice Godoy, que decidió cumplir con el sueño de un niño e hizo participar a toda la familia.
Godoy recordó el primer año que se hizo cargo de la campaña. "Me da pena porque ese niño, de unos cinco años, pedía un cumpleaños. Nunca se lo habían celebrado. Entonces ella me trajo la carta, me la mostró, me preguntó 'qué hago'. Entre las dos ideamos, ella compró todas las cosas: torta, piñata, sorpresas y se lo llevó al niño. Creo que el chico lo único que hacía era llorar porque no se imaginó nunca que le iba a llegar el cumpleaños completo. Después me contaba la doctora que fue súper emocionante para ella, algo que no pensó nunca que iba a ocurrir o que iba a ser tan creíble porque a veces se leen cartas y piensan que puede ser mentira, pero cuando ella llegó se dio cuenta que todo era cierto".