Activistas de Hong Kong piden dar pie atrás a las protestas
Asia. Los tres cofundadores del movimiento Occupy Central anunciaron que se entregarán hoy a la policía para que la situación de violencia no se agrave.
Los tres cofundadores del movimiento Occupy Central, núcleo original de la protesta democrática de Hong Kong, pidieron ayer a los estudiantes que se retiren de las zonas ocupadas y anunciaron que hoy se entregarán a la policía, aunque un líder estudiantil inició una huelga de hambre para aumentar la presión sobre el Gobierno.
El anuncio de Occupy (OCLP), que es eminentemente simbólico, muestra de nuevo la fragmentación del liderazgo de las protestas democráticas, por lo que tampoco significa necesariamente el final de la ocupación callejera.
Además, el llamado de Occupy, que fue clave durante el estallido de las protestas, contradice las últimas maniobras emprendidas por agrupaciones estudiantiles que se proclamaron líderes de facto del movimiento, y que en los últimos días llamaron a una escalada de sus acciones para tratar de presionar a las autoridades.
"Por el bien y la seguridad de los concentrados, mientras nos preparamos para rendirnos, nosotros tres instamos a los estudiantes a retirarse, recuperarse y acumular fuerzas", dijo ayer Benny Tai Yiu-ting, uno de los tres responsables del movimiento OCLP.
"No sabemos qué va a pasar después de que nos entreguemos, si seremos detenidos o puestos en libertad, pero estamos preparados para las consecuencias", dijo Tai, quien, junto al reverendo Chu Yiu-ming y el Chan Kin-man, anunció que hoy por la tarde se pondrán a disposición de las autoridades.
Los tres se mostraron dispuestos a afrontar las consecuencias legales por haber puesto en marcha la campaña de desobediencia civil hace algo más de dos meses.
Las autoridades no han anunciado que hayan iniciado procedimientos contra los tres líderes de Occupy, por lo que su entrega voluntaria a la policía podría acabar siendo puramente simbólica.
OCLP se alejó del centro de operaciones de las revueltas un mes después de iniciarse la revuelta y dejó a los estudiantes al frente, alegando que el movimiento debería concentrarse en sólo un área de ocupación y debería tener una fecha de caducidad.
Una postura que no es compartida por el líder de la organización estudiantil Scholarism, Joshua Wong, la cara más visible de los agitadores pro democracia, quien inició la noche del lunes una huelga de hambre indefinida hasta que el Gobierno de Hong Kong no atienda la demanda de una reforma del sistema electoral más profunda de la hasta ahora planteada.
Un esfuerzo que el jefe de Gobierno de Hong Kong, Leung Chu-ying tildó "en vano". "Ninguna forma de resistencia va a lograr el sufragio universal para Hong Kong", advirtió ayer Leung en un comunicado.
El anuncio de la acción de Wong, que será secundada por dos miembros más de su organización, se produjo poco después de que el secretario de la Federación de Estudiantes de Hong Kong se disculpara ante los manifestantes por el "fracaso" de su plan de aumentar las protestas tratando de colapsar los accesos a los edificios gubernamentales en la madrugada del lunes.
Una maniobra que provocó uno de los más virulentos enfrentamientos entre la Policía y los manifestantes desde que estallaran las protestas, y que dejaron un saldo de 40 detenidos y 40 heridos.
El último revés a la ocupación callejera llegó el lunes a través de un dictamen judicial que avala la demanda de una empresa de buses afectada por el corte de carreteras para que se desaloje buena parte del área ocupada. Dos acciones judiciales de este tipo obligaron en los últimos días a que los manifestantes abandonaran una parte del área de protestas en Admiralty y acabara con el campamento democrático del barrio obrero de Mong Kok. La huelga de hambre de Wong es el último intento de seguir insuflando el movimiento de desobediencia civil, que resiste ya más de dos meses entre el abandono de miles de simpatizantes.