empresas automotrices buscan métodos para evitar la presencia de hackers en los vehículos inteligentes
Antes, los autos no tenían mucha resistencia que ofrecer ante un equipo de hackers. Los piratas informáticos abrumaron meticulosamente los sistemas informáticos de los vehículos, mostrando que, con el tiempo suficiente, podían abrir el maletero, encender el limpiaparabrisas, activar o desactivar los frenos e incluso apagar el motor.
Sin embargo, hubo un virus cuyos motivos no eran maliciosos. Este hacker trabajó a nombre de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, que junto con el sector automotor batallan por fortalecer las defensas cibernéticas disponibles comercialmente antes que las penetren los delincuentes e incluso los terroristas.
"Esto es ahora un computador con ruedas", dijo Chris Valasek, citado por AP, quien ayudó a catapultar el hacking de vehículos ante la opinión pública cuando él y un socio revelaron el año pasado que habían tomado el control de Toyota Prius y un Ford Escape del 2010 mediante un puerto electrónico que usan los mecánicos.
Durante estos días, cuando Valasek no está en su oficina perteneciente a una firma de seguridad informática, estudia cómo puede colarse en el sistema informático de vehículos mediante Bluetooth.
Los fabricantes apuestan con fuerza a que los consumidores no querrán sólo mapas y listas musicales disponibles en los vehículos de hoy, sino también autos con internet donde puedan ver películas y dictar mensajes electrónicos.
El asunto es que los hackers ven una oportunidad en este despliegue de información. No se conoce públicamente ningún caso en que los atacantes hayan tomado el control de vehículos, pero en este tipo de delitos pueden salir victoriosos, al menos en pruebas.
Una de ellas fue financiada por el Departamento de Defensa en 2012, supervisada por la experta informática Kathleen Fisher. Los hackers demostraron que pueden crear el equivalente a una llave maestra electrónica para tener acceso a las redes de los vehículos.
Eso puede demorar meses, indicó Fisher, pero a partir de ahí sería "muy fácil colocar las herramientas en internet, quizás en el mercado negro". La meta del proyecto es más que identificar las vulnerabilidades de los vehículos, sino modificar el código crítico del sistema informático vehicular para hacerlo invulnerable a algunas de las mayores amenazas conocidas en la red.
El código modelo se entregaría a los fabricantes, que podrían adaptarlo a sus necesidades, pero eso demoraría unos cuantos años. El sector automotor decidió no esperar, sino también participar. Una importante asociación, que representa a marcas que incluyen a Honda y Toyota, ayuda a establecer un "centro de análisis y compartición de información" que se basa en los esfuerzos de los grandes bancos para protegerse de los ciberataques.