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"Adopta un famoso": Conociendo al Chile profundo

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El animador y periodista deportivo Fernando Solabarrieta no se puso a llorar. En el trayecto hacia San Bernardo iba más nervioso que al borde de las lágrimas. Es que los famosos nunca saben qué familia le va a tocar. Así es "Adopta un famoso", un programa de TVN que se define como de "telerrealidad" y en el que una celebridad llega generalmente a un hábitat distinto al suyo. Al periodista deportivo le tocó ir donde la familia Lucay León, pareja que se dedica a vender en la feria y que pasa por un problemilla familiar: Mirko, el hijo de ambos, acaba de entrar a la universidad. Al chiquillo ya le pagaron todo, pero no le gusta la carrera.

integrarse

Solabarrieta no se demora ni un segundo en integrarse a su nueva familia. Va a la feria y vende como loco. En la noche come con la familia y se queda cantando karaoke hasta las cuatro de la mañana. Ya no puede más de la alegría. Al otro día se ducha con agua fría (se les apaga el calefón a los Lucay León), pero él ni chista. Y cómo no, el nuevo integrante se toma en serio su papel y empieza a conciliar los ánimos en la familia. Influencia al dueño de casa para que, alguna vez en su vida, celebre el aniversario de matrimonio; habla con Mirko que anda como medio perdido para que enfrente a su padre y le diga que no quiere seguir estudiando. Y es que eso es lo lindo de "Adopta un famoso": se conocen otras realidades, la profundidad de una familia chilena esforzada y trabajadora, y permite hacer el bien con alegría.