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El "Noé" atacameño que trabaja en mina por más de 50 perros

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El amor por los animales es un sentimiento que une a las personas. Numerosas son las imágenes y videos que se pueden ver a través de las redes sociales de animales rescatados, o disfrutando del cariño y la preocupación de las personas.

Organizaciones no gubernamentales dedicadas al cuidado de estos animales en caniles, son ya muy tradicionales en distintos puntos del planeta.

No obstante, la realidad local es un tanto distinta. En Copiapó solo existe una canil municipal y en la actualidad en el viven sobre los 150 perros, además hay otras alternativas particulares, sin embargo, no son suficientes para la gran cantidad de animales que hoy existen la capital regional.

Pero el amor por los animales se manifiesta a cualquier edad y prácticamente en cualquier lugar.

Sergio Romero es un hombre de 63 años, durante su vida ha desarrollado diferentes actividades, desde el comercio hasta la pesca. Sin embargo, en la actualidad se dedica a la pequeña minería.

Romero vivía en la soledad de la mina en la que trabaja en las cercanías de Copiapó a unos 20 minutos hacia la salida sur. Y allí fue que llegó su primer perro, el que lentamente se fue ganando su corazón.

Hoy son poco más de medio centenar de canes los que han arribado hasta el yacimiento.

Sergio Romero hoy gasta gran parte del dinero que logra ganar con su trabajo en la alimentación de los perros.

Los animales retribuyen el cariño y la preocupación con que Sergio les trata, protegiéndolo y acompañándolo en cada una de las labores que el minero realiza.

"Lagartija", "Bernardito", "Viejo" y "Pa' que te apurai", son algunos de los nombres con los que Romero ha bautizado a sus compañeros.

Y es que darle alimentación a estos animales no es tarea fácil, ni en lo económico, ni en lo físico. Es esta condición la que tiene hoy a Romero en una situación económica desfavorable.

Romero comienza su labor desde muy temprano en la madrugada y a su trabajo en el mineral debe sumar la preocupación, de cambiar el agua, dejarles la comida distribuida, darles leche a los más pequeños, que ya suman 14 y que dentro de los próximos días la cantidad de crías subirá considerablemente ya que cinco de las perras están preñadas y listas para parir durante estos días.

El personaje comentó que "tiempo atrás yo no era muy dado a los animales, pero cuando me vine acá a la mina las cosas cambiaron. Será que uno se va poniendo más viejo o sentimental... no lo sé, pero estos animalitos se lo van ganando a uno".

En la actualidad, Sergio Romero tiene 63 años y su salud ya no es la de antes hoy los niveles de sílice que tiene el minero le hacen sangrar constantemente por su nariz. Pese a esto, continúa trabajando, pero muchas veces el dinero no alcanza para alimentar a sus perros.

El minero añadió que "yo comencé en estos cerros como ayudante de pirquinero, luego me fui quedando y la gente venía botar a muchos perros acá al sector, otros que se escapaban de algún canil, comenzaban a vagar y finalmente llegaban acá. Hoy tengo un poco más de 50 perros y pronto serán más, ya que hay cinco perritas que están por parir".

Comentó que a veces las condiciones son muy tristes para los animalitos, ya que pese a sus esfuerzos el dinero no alcanza.

"Yo creo que si sacamos cuentas estoy gastando sobre los 600 mil pesos mensuales en leche y alimento pero muchas veces eso no alcanza. Creo que sería muy bueno si alguna persona quiera aportar con algo de alimento, que las autoridades pudieran venir a fumigar porque como son muchos perros existen muchas pulgas y garrapatas".

Pese a que hoy está quebrado económicamente, este "Noé copiapino" se niega a dejar a sus perros y pide la colaboración para estos animales por lo que se organizó una campaña a través de Facebook, donde muchas personas supieron de la realidad del hombre y quisieron ayudar. De esta forma, los interesados pueden contactar a Sergio Romero C. para aportar con alimentos o realizar adopciones de los cachorros.

Lanzan Proyecto de avistamiento de ballenas

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Objetivos

La investigación tiene como objetivo general evaluar la interacción entre la actividad "Whale-Watching" y los cetáceos, en base a la generación de conocimiento científico sobre los impactos de esta actividad sobre la biología y comportamiento de los cetáceos (ballenas y delfines) y que sea utilizado como insumo en la formulación de medidas de manejo y planificación en el área de estudio. Y además que permita incorporar la comunidad de pescadores a la actividad científica para mejorar sus prácticas de avistamiento en función de los resultados del proyecto.

Vecinos

Cesar Orellana, alcalde de Freirina comentó que "se ha dado el fenómeno de que este lugar está siendo más visitado, ya no es la misma caleta de hace 5 o 10 años atrás, por lo tanto la gente tiene que preparase, capacitarse y estamos bien esperanzados del trabajo que haga la Universidad en este sector, como municipalidad felicitamos y aplaudimos esta iniciativa".

Maritza Sepúlveda, directora del proyecto argumentó que "vamos a evaluar la interacción entre los cetáceos y todo lo que es la actividad de turismo, para eso realizaremos cuatro campañas de terreno, algunas con turismo y otras sin turismo, para comparar como cambia el comportamiento de las ballenas, las zonas de uso, el desplazamiento y algunos otros parámetros de biológicos.