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Científicos estudian a los pingüinos con un robot rodante disfrazado

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La nueva herramienta para los biólogos es el robot bebé pingüino espía. Es muy lindo y tan convincente que los pingüinos prácticamente le "hablan", como si fuera un posible amigo para sus polluelos.

Los pingüinos emperador son notoriamente tímidos. Cuando los investigadores se acercan, los pingüinos normalmente se retiran y se les eleva el ritmo cardiaco, pero eso no es lo que necesitan los científicos cuando quieren verificar el ritmo cardiaco y otros parámetros de salud de esas aves.

Así las cosas, científicos internacionales e incluso cineastas de documentales, encabezados por Yvon Le Maho, de la Universidad de Estrasburgo en Francia, crearon un aparato rodante de control remoto disfrazado de polluelo para que se acurruque entre los pingüinos tímidos en Tierra Adelie, en la Antártida, el mismo lugar donde se filmó el documental "La marcha de los Pingüinos" de 2005.

Los investigadores podían hacer sus observaciones desde casi 198 metros de distancia.

La primera versión del aparato rodante disfrazado, fabricado de fibra de vidrio, no pasó la prueba y asustaba a los pingüinos, dijo Le Maho.

Los investigadores probaron cinco versiones hasta que consiguieron el disfraz apropiado. Tiene una cubierta afelpada gris, brazos negros, el rostro pintado de blanco y negro, y el pico negro.

Los pingüinos no se asustaban e incluso le cantaban "una canción especial que sonaba como trompeta", declaró Le Maho. Agregó que los pingüinos adultos intentaban encontrar un amigo para sus polluelos y esperaban escuchar una respuesta, pero los investigadores dijeron que no programaron el aparato para que emitiera sonidos. "(Los pingüinos) estaban muy desilusionados cuando no había respuesta", dijo Le Maho.

Existe una razón por la que los científicos desean usar estos aparatos: la preocupación de los expertos de que apenas al acercarse a algunos animales tímidos estos cambian su conducta y pueden alterar los resultados de los estudios.

El creador de Mario Bros. se opone a la idea de llevar los videojuegos al celular

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Se trata del gurú del ocio virtual, el creador de los más famosos videojuegos de Nintendo. Pero a pesar de las actuales tendencias, Shigeru Miyamoto lo tiene claro: los teléfonos inteligentes te "hacen perder el contacto con la gente" por lo que no le interesan para jugar.

"Nintendo tiene un hardware y una interfaz únicas hechas para que todos disfruten juntos en el salón. Es un mercado diferente al de los 'smartphones', en el que juegas solo, así que invertir en esa materia no es algo que vayamos a hacer ahora mismo", sostiene tajante Miyamoto en una entrevista con EFE.

Siempre sonriente pero cauteloso, el padre de Mario, el gásfiter más rentable de la historia de los videojuegos, expone su postura ante la creciente demanda de títulos para móviles y defiende la política de Nintendo de seguir creando juegos que fomenten la participación colectiva.

Afirma que la expansión del mercado de la telefonía es un hecho que la compañía no puede "ignorar", y que podrían "considerar" la idea de introducir los móviles "como parte del juego", pero no hacer algo exclusivo para teléfonos.

"Utilizar un 'smartphone' no es malo, el dispositivo en sí no es malo, el problema es centrarse en jugar sólo con ellos. La gente está tan absorta, que está perdiendo el contacto con el resto de la gente", opina el maestro, quien también considera que algo parecido podría ocurrir con los títulos que apuesten por la realidad virtual.

Creador de Mario, Zelda, Donkey Kong y otros personajes icónicos de la compañía nipona -para la que trabaja desde hace 37 años-, se dice de Miyamoto (Kioto, 1952) que su mente es un torbellino de ideas activo las 24 horas del día. "Siempre me han dicho que hay que tener cientos de ideas para tener un montón de dónde escoger, así que yo intento hacer lo mismo. No se trata de tener ideas todo el tiempo, sino de ser capaz de tener multitud de ellas", contesta con modestia.

Un estudio sueco pone en duda los beneficios de la leche

Alimentación. Un grupo de científicos que investigó a unas 100 mil personas afirma que no está claro el aporte que tiene esta bebida en el fortalecimiento de los huesos.

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Pese a ser protagonista de importantes campañas comunicacionales que por años han defendido sus propiedades y promovido su consumo, la leche no sería tan beneficiosa para la salud como se cree, según mostró un estudio sueco.

De acuerdo con esta investigación, realizada por la Universidad de Upsala y publicada en la British Medical Journal, la ingesta de leche estaría vinculada con muertes prematuras y no protegería a sus consumidores de fracturas de huesos como comúnmente se piensa. Incluso, quienes toman leche de manera frecuente serían más propensos a sufrir este tipo de lesiones en comparación con las personas que no ingieren esta bebida.

En el estudio, los científicos siguieron por décadas a unos 100 mil suecos, quienes fueron clasificados según la cantidad de leche que tomaban y su estado de salud.

A pesar de que comúnmente se recomienda a niños y jóvenes consumir grandes cantidades de leche para mantener los huesos en buen estado y prevenir enfermedades como la osteoporosis, los investigadores encontraron que las personas que consumían tres vasos de leche al día -la cantidad sugerida por las autoridades de salud en EE.UU. y otros países- eran más propensas a morir tempranamente debido a enfermedades cardiacas y cáncer.

El componente culpable

Otras investigaciones han encontrado que la galactosa tiene efectos adversos en los animales, por lo que no sorprenden estos resultados. "Si proporcionamos galactosa a los animales de experimentación, morirán más rápido por la inducción de estrés oxidativo y la inflamación", dijo Karl Michaelsson, profesor de la Universidad de Upsala y uno de los autores del estudio, al medio Live Science.

Los resultados del estudio también mostraron una asociación entre un menor número de fracturas y la leche baja en lactosa.

El año 2013, el profesor de nutrición de la Universidad de Harvard (EE.UU.) David Ludwig resaltó en una publicación que existe poca evidencia científica que respalde la idea ampliamente aceptada de que la leche es clave para mantener huesos fuertes. Es más, el académico estadounidense sostuvo que los humanos son una de las pocas especies que beben leche de otros animales, sugiriendo que es posible que no la necesite en absoluto.