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Científicos crean "mini estómagos" de laboratorio a partir de células madre

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Un equipo de científicos desarrolló estómagos en miniatura a partir de células madre pluripotentes para poder estudiar las enfermedades gástricas.

Según una investigación publicada esta semana en la revista "Nature", un grupo de especialistas estadounidenses logró identificar un método para hacer crecer tejidos del estómago humano en tres dimensiones "in vitro" a partir de células madre, capaces de generar la mayoría de tejidos.

Los expertos crearon ese método al considerar que los modelos animales no son "los ideales" para el estudio de estas enfermedades debido a sus diferencias de anatomía, por lo que se hace necesaria la investigación con tejidos gástricos humanos.

"Estamos generando 'miniestómagos' en tres dimensiones, de aproximadamente tres milímetros de diámetro, que son similares al estómago en cuanto a la arquitectura y la funcionalidad", indicó James M. Wells, uno de los autores del estudio, en declaraciones a EFE.

Este innovador método permite hacer crecer tejidos del estómago humano en tres dimensiones "in vitro" y que el desarrollo de estos epitelios evolucione en paralelo al crecimiento normal del estómago "in vivo".

"Se estima que un 10 % de las personas sufre una enfermedad gástrica en algún momento de su vida, incluyendo gastritis, úlceras pépticas o cáncer gástrico, que es la segunda causa principal de muerte por cáncer en el mundo", señaló Wells.

Estas enfermedades del estómago están en el 50 % de los casos provocadas por una infección crónica con una bacteria llamada Helicobacter pylori.

Esa bacteria es el principal patógeno del estómago y la primera causa que provoca la evolución de la úlcera péptica y el cáncer gástrico.

Además de este avance, los investigadores están también interesados en identificar fármacos que puedan prevenir la infección y los síntomas de la úlcera péptica provocada por esta bacteria.

el té y los cítricos ayudarían a prevenir el cáncer de ovario

estudio. Científicos británicos detectaron que los derivados de los flavonoides, presentes en estos productos, reducen el riesgo de padecer esta enfermedad.

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El té posee ciertas propiedades dependiendo de su especie. Por ejemplo, el té blanco es antioxidante, refuerza la salud dental y aumenta la concentración. El té verde, por su parte, ayuda a combatir ciertos tipos de cáncer, disminuye el colesterol malo y regula el azúcar en la sangre. El negro es un buen relajante y el rojo depura el organismo.

Sumado a ello están los cítricos, fuente importante de vitaminas y minerales, además de regular la digestión, previene la diabetes y cuida la piel.

Juntos, estos dos productos son una buena opción para prevenir el cáncer de ovario, tal como asegura un estudio realizado por la Universidad de East Anglia, en Gran Bretaña.

La investigación, publicada en la American Journal of Clinical Nutrition, revela que las mujeres que consumen alimentos que contienen flavonoles y flavanonas (tipos de flavonoides, compuestos que participan en el metabolismo) que disminuyen significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de ovario epitelial, la quinta causa de muerte por cáncer en las mujeres.

Según el Instituto Nacional del Cáncer de EE.UU., esta enfermedad forma células malignas (cancerosas) en el tejido que cubre el ovario.

Para efectos del estudio, los investigadores analizaron los hábitos alimenticios de 171.940 mujeres, de entre 25 y 55 años de edad.

El equipo sostiene que aquellas que consumieron alimentos y bebidas con alto contenido de flavonoles (presente en el té, vino tinto, manzanas y uvas) y flavanonas (cítricos y zumos) eran menos propensas a desarrollar la enfermedad.

"Este es el primer estudio a gran escala que analiza en si la ingesta habitual de diferentes flavonoides puede reducir el riesgo de cáncer de ovario epitelial", explicó Aedin Cassidy, directora del estudio, a través de un comunicado publicado por la universidad británica.

"Hemos encontrado que las mujeres que consumen alimentos ricos en estos dos grupos de sustancias -flavonoles y flavanonas- tenían un riesgo significativamente menor de desarrollar cáncer de ovario epitelial", explicó la experta.

Cassidy destaca la importancia de que las principales fuentes de estos compuestos de té y cítricos se pueden incorporar fácilmente a la dieta. Este hecho sugiere que simples cambios en la ingesta de alimentos podrían tener un impacto en la reducción del riesgo de cáncer de ovario.

"Beber dos tazas de té negro cada día se asocia con una reducción del 31% en el riesgo de cáncer", detalla la especialista, quien además asegura que esta es la primera investigación que relaciona las seis principales subclases de flavonoides presentes en la dieta normal con la disminución del riesgo de cáncer de ovario, y la primera en investigar el impacto de los polímeros y antocianinas.

Existe un debate científico acerca de la efectividad del té como un brebaje ideal para prevenir el cáncer. Por ejemplo, un estudio de la Universidad de California sostiene que el té verde ayuda a retardar el cáncer de próstata, mientras que otra investigación publicada en el International Journal of Cancer sostiene que el riesgo de cáncer de mama es significativamente menor cuando se consume este tipo de té.

Sin embargo, otro estudio realizado con 54 mil mujeres y publicado en BioMed Central de la revista Breast Cancer Research no encontró asociación entre tomar té verde y la prevención del cáncer.

Existen diversos estudios que respaldan la teoría de que los cítricos ayudan a prevenir el cáncer. Por ejemplo, un estudio japonés publicado en 2011 en el International Journal of Cancer afirma que consumir cítricos diariamente reduce hasta en un 14% el riesgo de padecer cáncer, en especial el de próstata y páncreas. Los especialistas aconsejan aumentar la ingesta de jugos naturales, sobre todo en las mañanas, para ayudar a desintoxicar el organismo.

médicos descubren por qué las personas se rascan la piel en exceso

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Una persona se rasca la piel por diversas razones: picadura de insecto, una tela con textura áspera, el sudor o alguna erupción en la piel.

Sin embargo, el deseo de rascarse suele aumentar y hasta ahora se desconocía el por qué. Pero un grupo de investigadores de la Escuela Universitaria de Medicina de San Luis (EE.UU.), realizó un estudio que logró dar respuesta a esta incógnita.

La investigación, publicada en la revista Neuron, afirma que la comezón se debe a la serotonina que se segrega cuando nos rascamos la piel.

Esta sustancia, un neurotransmisor que ayuda a transmitir mensajes una y otra vez entre los nervios del cuerpo, es la responsable del aumento del deseo de rascarse.

Los científicos bloquearon la producción de serotonina (obstruyendo el receptor 5HT1A) de un grupo de ratones de laboratorio a los que se les había inyectado previamente una sustancia que provoca picores. Otro grupo de ratones fue asignado como grupo de control y no se les bloqueó la producción de serotonina. Tras comparar las reacciones de los roedores descubrieron que los que no producían serotonina se rascaban mucho menos.

"Rascarse puede aliviar el picor creando un pequeño dolor en la piel. El cuerpo responde al dolor liberando serotonina, que aumenta la sensación de picazón. La serotonina está implicada en el crecimiento, el metabolismo óseo y en la regulación del humor, y su bloqueo eliminaría la forma natural de controlar el dolor", afirma Zhou-Feng Chen, líder del estudio, en declaraciones a la agencia Sinc.