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Certifican a ganadores de pavimentos participativos

minvu. Son 10 proyectos de la comuna de Copiapó seleccionados.
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En una ceremonia encabezada por el intendente de Atacama Miguel Vargas, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo entregó los respectivos certificados de pavimentación participativa, que acreditan los proyectos ganadores del 23º llamado realizado a nivel nacional, donde la comuna de Copiapó se adjudicó 10 iniciativas que mejorarán considerablemente el estado de calles y pasajes y que por consiguiente aportarán a mejorar la calidad de vida de los vecinos de estos sectores.

En la actividad participaron representantes de los comités de pavimentación participativa, quienes compartieron sus experiencias con el intendente regional, el seremi Minvu, Rodrigo Ocaranza, la seremi de Bienes Nacionales, Marcela Cepeda y el director Serviu, Patricio Villarroel.

En la ocasión la primera autoridad regional, Miguel Vargas, destacó el trabajo altamente participativo de este programa donde el Gobierno, los municipios y los mismos vecinos aúnan esfuerzos para sacar adelante una iniciativa en común. "Con este programa en la región de Atacama se ha pavimentado un total de 183 mil 159 metros lineales de calles y pasajes, inversión que supera los 15 mil millones de pesos aportados por el Ministerio de Vivienda y Urbanismo y que van en directo beneficio de las familias mejorando sus estándares de vida, fortaleciendo la organización y potenciando las acciones comunitarias", explicó el Intendente Vargas.

Virginia Vega, representante del Comité de Pavimentación Participativa La Colina, señaló que la construcción de una escalinata en su sector a través de este programa Minvu, es un proyecto fundamental para los residentes de La Colina, ya que la escalera postulada es de uso diario para los vecinos, indicando que "para nosotros es un acceso directo a nuestro sector. Aquí cada vecino puso su granito de arena en términos económicos para lograr esta escalinata que nos conecta con el sector Pedro León Gallo y que nos permite, entre otras cosas, un acceso directo al Cesfam".

Los proyectos ganadores del 23º llamado año 2013 y que serán ejecutados este año son: Pavimentación calle San Martín y del pasaje Alfredo Valenzuela, Repavimentación de calle Cancha Rayada, Bruno Zavala y callejón El Inca, construcción de aceras para cuatro calles de Paipote que son Francisco Cortés Cartabio, Juan Serapio Lois, José Antonio Moreno y Candelaria Goyenechea y finalmente la construcción de una escalinata en el sector La Colina.

Familia Prohens Espinosa recibe premio por su trayectoria en el agro de la región

aporte. En el centro de eventos CasaPiedra de Santiago, los hijos del matrimonio Prohens Espinosa serán homenajeados por mantener una tradición agraria que partió de la mano de don Alfonso, el patriarca del clan, hace más de sesenta años.
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Hablar de la familia Prohens Espinosa es mencionar buena parte de la historia del desarrollo agrícola del valle de Copiapó. Don Alfonso Prohens Arias, el recientemente fallecido patriarca del clan, llegó a la zona en el período inmediato a la II Guerra Mundial. "No habían ni alambres ni maquinarias para armar los parrones", solía decirle a sus amigos. En 1947 se instaló en el fundo Hornitos, en unas tierras adquiridas por su padre. Ese año sembró diversos tipos de uvas para determinar cuál se daba mejor en esa zona. En 1952 plantó los primeros parrones de uva sultanina, conocida también como Thompson y al poco tiempo ya estaba exportando a Estados Unidos a través de la empresa Pruzzo.

"Existe una carta que mi abuelo le escribió a las autoridades de gobierno acerca de las bondades de este valle al cual comparaba con la zona de Mendoza en Argentina y al sector de Ovalle en Chile, pero en el cual no había nada a consecuencia de la II Guerra Mundial. Él se dio cuenta que aquí todo maduraba antes y le contó esa observación a mi padre que trabajaba en Argentina y él decidió venirse a producir uvas. Lo hizo a pulso, arriba de caballos y por lugares sin caminos e incomunicados", cuenta su hijo Alfonso justo debajo del parrón que su padre plantara en 1952 y que todavía entrega una abundante producción.

Alfonso fue el primer hijo que ingresó al negocio. Lo hizo en 1971 cuando decidió dejar sus estudios en Santiago para venir en ayuda de su padre al cual le habían expropiado sus tierras. "Tuve el mejor profesor. Estábamos en plena reforma agraria, fuimos expropiados y tuvimos que vivir en carpas por más de un año, el río era nuestro baño", recuerda.

"En 1952 se hizo la primera exportación con uvas con semillas a través de la empresa exportadora de don Dino Pruzzo. Como no existían las hormonas que hacen crecer a las uvas mi papá pensó en el negocio de las pasas, pero como en esa época no era rentable, comenzó a vender a la pisquera Inca de Oro que por esos años se formó en Copiapó. Pasaron muchos años hasta el boom exportador de mediados de los ochenta", agrega Oscar, otro de los hermanos Prohens.

"En los ochenta mi papá no tenía capital así que le pidió a los hermanos Pruzzo que le financiaran 45 hectáreas de parrón en Hornito. Vinieron los hermanos al terreno que era un potrero que llegaba a una quebrada entre los cerros. Don Mario Pruzzo, que era más de campo, dice: 'Mire don Alfonso, si no es porque lo conozco diría que usted está loco que pondrá parronales acá'", cuenta Oscar a modo de anécdota.

En ese sentido, asegura que la familia siempre se preocupó de contratar a los mejores profesionales para estar a la vanguardia en la producción de uva de mesa. "Fuimos los pioneros en la implementación del riego por goteo, tecnología traía de Sudáfrica, que mejoró lo realizado en Israel. De hecho, mi papá viajó a Sudáfrica para conocer en detalle sus características, ése fue el primer proyecto que se hizo en una quebrada del valle y que luego todos lo replicaron", señala.

En este sentido, ambos hermanos cuentan con orgullo que su padre "hizo que nos enamoráramos del campo. Al principio trabajamos bajo su tutela, más adelante le vendió un predio a cada hijo bajo distintas condiciones dependiendo de la extensión y calidad del terreno. Hizo una reforma agraria mejorada", dicen entre risas

Homenaje merecido

Es justamente esta continuación de un legado que partió hace más de sesenta años la razón por la cual este lunes, la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA) premiará a la familia Espinosa. La ceremonia, que contará con la presencia de la presidenta Michelle Bachelet y altos representantes del agro tanto nivel público como privado, se desarrollará en el centro de Eventos CasaPiedra de Santiago en el marco del encuentro Enagro 2014 y cuyo lema para este año es "Agricultura: ¿Están las condiciones para seguir creciendo?".

"Para la SNA es necesario y lógico reconocer a la familia Prohens Espinosa. Es un grupo que partió de cero, con un esfuerzo y coraje impresionante para hacer agricultura en el desierto, impulso que le debemos a don Alfonso. Ahora, es loable y hermoso que sus hijos hayan querido acrecentar esa mirada y ese esfuerzo. Podrían haber vendido los campos, haberse dedicado a otros negocios, pero no, acá hay un legado del abuelo y del padre que se respeta y perfecciona con pasión día a día", sostienen desde el directorio del gremio agrícola.

"Ellos son responsables del desarrollo del agro en Copiapó, también de una importante generación de empleo que ha significado un gran impacto social en la zona. Pero no es todo. Este trabajo familiar sigue creciendo con nuevo desafíos en un escenario complejo. Antes las dificultades eran los caminos, la lejanía, la calidad de agua o las comunicaciones, hoy los problemas son la falta de mano de obra, la escasez de agua o los períodos de sequía y la familia Prohens Espinoza sigue demostrando que con esfuerzo, tesón, ganas, energía y respeto a las tradiciones, es posible hacer agro sustentable en el Valle de Copiapó", agregan desde la SNA.

En la actualidad, los cinco hermanos varones de la familia poseen unas 1.200 hectáreas dedicadas a la uva de las 7.000 que tiene en total el valle de Copiapó. Al año exportan cerca de 1 millón 200 mil cajas de cajas de uvas a diversos lugares del mundo. En el peak de la cosecha dan empleo a unos 2.000 temporeros que se alojan en los diferentes previos.

"Esta manera de hacer las cosas, de preocuparnos de los trabajadores y de nuestro valle, lo heredamos de nuestro padre. Él hablaba de Responsabilidad Social Empresarial cuando nadie más lo hacía, decía que teníamos que cuidar el agua y buscar desarrollar otros emprendimientos. De hecho, levantó una lechería cuando tenía 80 años. Subía todos los días varios kilómetros cerro arriba a recorrer los campos, así entendía el trabajo, así lo entendimos sus hijos y ahora sus nietos, pues ya vamos en la cuarta generación dedicada a esto, como ven, hay Prohens agrícolas para harto rato más", concluye Alfonso.