"Jorge era mi amigo más querido. Dibujábamos, hacíamos canciones chistosas. A medida que fue pasando el tiempo aprendimos a tocar. Jorge me parecía una persona muy inteligente y también me encontraba muy chistoso a mí. Nosotros éramos bien raros... Si algo queríamos era no ser iguales a todos". Así, con esa ingenuidad, Claudio Narea comenzó contando su historia de amor y desamor con Jorge González anoche en Más Vale Tarde, de Mega.
Y no es una burla: el tono que él le da a este melodrama tiene tantos ingredientes románticos como de despecho. Todos de parte de la legendaria voz de Los Prisioneros.
CARTAS
Después del plebiscito de 1988, Claudio descubrió unas cartas con alusiones sexuales dirigidas a su esposa y escritas por Jorge González: "Cuando uno vive eso lo que menos se le pasa por la cabeza es lo que pienso ahora. En ese momento fue "¿será que están enamorados, será que yo soy el que sobra?". Ella me lo niega y después lo reconoce. Ella tenía 19. Algunos días después voy donde Jorge y cuando lo veo, le pegué. Y él me pide que le pegue más: "Pégame, me lo merezco". Él me dijo que fue un lamentable y profundo error. Yo no sabía qué hacer. El error fue creerle. A la vuelta de la esquina teníamos giras. En ese momento era una cosa muy confusa y no sabía qué hacer".
Y sigue: "Él era muy audaz. Estaba consumiendo drogas. Estaba metiéndose en el LSD y en el éxtasis. Yo lo quería mucho. Llevábamos 10 años de amigos y estábamos atrapados en esta banda y no teníamos ni uno. La forma en que se resolvió eso fue que hicimos los conciertos y nadie se enteró. Nadie cachó. Fuimos a los conciertos y yo me enfermé en México. Me dio hepatitis y nos tuvimos que devolver. Estuve como dos meses enfermo. Y en ese momento volvió a manifestarse el amigo. Y llegó cargado de discos a mi casa y volvía todos los días. Yo quería que Jorge me dijera que seguía con mi esposa Claudia. Cuando me pude levantar, los eché. Ellos alcanzaron a vivir juntos una semana y ella volvió, pero no como pareja sino que necesitaba ayuda".
Narea, que se ve joven y lúcido, ni se inmuta para llegar al punto más importante de su relato: "Cuando él ya pierde cualquier oportunidad con Claudia, llegó a mi casa. Era la época en que ya nos daba susto. Llega de Estados Unidos, va a mi casa y nos dice que acepta que nos quedemos juntos, pero que quiero que nos acostemos los tres juntos: "Piénselo y después me dicen". Yo lo miraba con mucho temor, con mucha desconfianza. Daba susto. Después de que tomamos once, volvió a preguntarnos, y yo le dije que no. Y ahí se enojó y empezó a gritarme y se fue de la casa dando un portazo. Al día siguiente nos avisaron que se había cortado las venas. Y ahí, cuando lo fuimos a ver, le balbucea a Claudia: "lo hice porque me amo mucho". Jorge se cortó las venas después que rechacé un trío sexual". Narea explica que su relación con González no terminó ahí. Que después lo continuó hostigando, enviándole mails amenazantes a él y a su nueva pareja Nadia, hackeándole el Facebook, escribiendo canciones que -a sus ojos- le están dedicadas. "Hay una obsesión de Jorge conmigo. Es una cosa enferma. Yo tengo mi vida, tengo mi familia y les ha hecho mucho daño", concluye, aunque es una historia que todos esperamos no termine acá, en puntos suspensivos.
