Ayer cumplieron 20 días de nacidas las siamesas de Vallenar. Las pequeñas se encuentran internadas en el hospital de Vallenar donde fueron trasladadas desde el hospital clínico de la Universidad Católica.
La pequeñas nacieron el pasado nueve de septiembre tras una cesárea practicada a su a madre Ana María Robledo en el Hospital Clínico de La Universidad Católica, en Santiago y Anaís y Amanda ya responden a los estímulos de su madre.
Las pequeñas, que permanecen unidas por el tórax y que comparten un corazón y el hígado, se encuentran bien, según lo señaló su madre.
Visita diaria
Una vez en el hospital, la madre de Anaís y Amanda, comienza su rutina de mudarlas, cambiar su ropa y por sobre todo regalonearlas y acariciarlas, estímulos a los que las pequeñas ya responden claramente.
Robledo sostuvo que "afortunadamente las bebés son muy fuertes, cada día que pasa yo las siento más fuertes a pesar de que cuando le preguntó al médico cómo están, siempre me dice que están estables. Ellas se alimentan por sonda y son bien lloronas. A la hora de comer reclaman harto si no está todo listo para alimentarlas".
La madre está esperanzada en que sus hijas sobrevivan y por eso pide ayuda. "Cuando nacieron mis hijas todos decían que no durarían nada. Hoy (ayer) cumplieron ya veinte días ellas luchan y luchan así que corresponde que nosotros también luchemos por ellas".
La intención de Ana María y su esposo así como el resto de la familia es poder llevar a las pequeñas una vez que estén más fuertes, llevarlas fuera del país para tener otra opinión médica. Otra de las preocupaciones de la familia de las pequeñas Amanda y Anaís, tiene que ver con el alta de las menores, ya que según comentó su madre "existe la posibilidad que les den el alta médica pero no puedo llevármelas a la casa porque no cuento con los recursos. Además comenzaron a llegar las facturas de la clínica y eso será mucho dinero, del que no disponemos".
Robledo añadió que "todos estamos preocupados por ellas, pero cada día que pasa ellas muestran más fuerzas más ganas de vivir. Cuando yo llego al hospital y las voy a ver me abren sus ojitos y me miran. Yo las veo muy fuertes, me quedo mucho rato tomando sus manitos acariciando sus caras. Tengo toda la fe en que podamos salir adelante con estas chiquititas pero necesitamos ayuda. Nosotros no estamos en las condiciones económicas para tenerlas en casa, se necesitan muchas cosas, pero tenemos la fe que todo irá bien, pero necesitamos ayuda".