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George Clooney y Amal Alamuddin dieron el "sí" en simbólica ceremonia

MATRIMONIO. Cerca de cien invitados acompañaron a la pareja en Venecia.
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George Clooney y Amal Alamuddin ya son marido y mujer. Según informó ayer el portal de E! Entertainment, el soltero más codiciado de Hollywood y la abogada contrajeron matrimonio en una simbólica ceremonia privada que se realizó ayer en Venecia.

La pareja dio el "sí" ante cerca de 100 invitados, entre los que destacaron celebridades como Matt Damon, Bill Murray y Bono. Todos los asistentes a la boda se trasladaron al lugar de la ceremonia en barcos-taxi, ante la atenta mirada de cientos de curiosos.

El romanticismo de Venecia dio paso desde el viernes al glamour y a la masiva llegada de paparazzis de todo el mundo para captar a los invitados a la extravagante boda de George Clooney, uno de los actores más conocidos de la industria y que inundó la ciudad italiana de Hollywood.

Clooney y Alamuddin habían llegado el viernes a Venecia y esa misma noche habían celebrado sus respectivas despedidas de solteros.

De acuerdo a trascendidos publicados en medios italianos, las celebraciones por el matrimonio de los ahora "señor y señora Clooney" se extenderán hasta mañana. Actores como Matt Damon, Bill Murray o Robert De Niro, así como la ex supermodelo Cindy Crawford se encuentran entre las celebridades que participan en los cuatro días de extravagantes celebraciones con motivo de la boda de Clooney con la abogada británica de origen libanés Amal Alamuddin.

"Annabelle" trae de regreso a la siniestra muñeca de "El Conjuro"

cine. El spinn-of muestra a la aterradora figura y su camino para transformarse en objeto del mal.
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El próximo 2 de octubre se estrena en Chile "Annabelle", filme de John Leonetti, el mismo que ofició de director de fotografía en la exitosa película de terror "El Conjuro" del malayo James Wan, quien a su vez cumplió el rol de productor de esta cinta de una hora y 35 minutos. Es claro que mientras hacían "El Conjuro", ambos vieron el potencial que anidaba en la diabólica muñeca que asoma como historia paralela. En Chile, así como en el resto del mundo, el cine de terror en 2013 profirió un nombre claro: "El Conjuro", un exitoso filme que costó US$ 20 millones y se embolsó casi US$ 138 millones.

La historia, basada en un caso real acontecido a comienzos de los setenta, nos llevaba al encuentro de "Lorraine" y "Ed Warren", un matrimonio de investigadores paranormales, esta vez en lucha contra el mal que habita una vieja granja en Rhode Island. Dentro de los casos que investigaron y que muestra "El Conjuro", está el de una muñeca de la marca Raggedy Ann, que parecía poseída por el espíritu de una niña muerta llamada Annabelle Higgins. La muñeca había sido regalada por su madre a una estudiante de medicina que de inmediato notó extraños fenómenos y mensajes que la espantaban. Finalmente, los Warren la tomaron y encerraron en una urna transparente, lugar donde está hasta el día de hoy en el museo que tiene el matrimonio en Connecticut.

SPIN-OFF

La pareja protagónica la conforma la inglesa Annabelle Wallis, una rubia tipo Hitchcock y el estadounidense Ward Horton, a quien vimos en "El lobo de Wall Street".

Ellos son "John" y "Mia Form", un matrimonio feliz recién comenzando su vida juntos, ella en avanzado estado de embarazo, él terminando su titulación como médico.

"Mia" adora y colecciona muñecas antiguas y "John" llega a casa con una largamente ansiada, de camisola blanca y con dos trenzas con moños rojos. La muñeca vintage rápidamente se transformará en una pesadilla. Con una lograda ambientación setentera, que busca la complicidad estética de "El exorcista" o de "Terror en Amityville", el filme exhibe las coordenadas de lo paranormal con un pie en el cristianismo y el otro en lo arcano. Referencias al terror colectivo que suscitó la secta de Charles Manson y sus sangrientos crímenes, donde la figura del culto satánico es capaz de hacer saltar los sellos de un país seguro, confortable y de brillante futuro.

La muñeca diseñada para el filme no tiene ningún parecido con la verdadera Annabelle que es de trapo, un modelo muy popular en Estados Unidos. Para la película se la hizo del porte de un niño pequeño y con rasgos humanos. Y si al comienzo luce inofensiva, según avanza la trama se vuelve monstruosa.