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Esperan oleada de turistas en Chañaral de Aceituno tras estreno de teleserie

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El restaurant La Martita dejó ese nombre en el pasado y ahora a la entrada del local cuelga un cartel que dice "El Congrio Loco. Los gorros de recuerdo que se vendían en el minimarket y tenían por logo Chañaral de Aceituno hoy comparten vitrina con los que tienen escrito Caleta del Sol.

Ya comienzan a levantarse cabañas nuevas y se equipan los campings. Y aunque sus pobladores dicen que la caleta había comenzado su crecimiento gracias a la difusión de la llegada de los cetáceos a sus costas, confiesan que la grabación de la teleserie de TVN, Caleta del Sol, le dará un nuevo impulso turístico que deberán afrontar.

Chañaral de Aceituno se prepara para la llegada masiva de veraneantes desde noviembre, el mes en que comienzan a aparecer las ballenas y delfines muy cerca de la bahía. Saben que arribarán los turistas interesados en conocer el lugar donde la fauna marina vive en paz con el hombre. La caleta de pescadores que se transformó en la protagonista de la primera teleserie que se graba en la región de Atacama.

"Ahora hay en construcción muchas cabañas. Así que yo creo que vamos a estar preparados este verano para una mayor afluencia de público", dice Jony Peña, presidente de la junta de vecinos de la Caleta de Chañaral y dueño del restaurant que lleva su nombre, el que recibió al equipo de la teleserie por los más de 15 días que duró la primera etapa de la producción.

"Esto va a beneficiar a mucha gente. No solo a los restaurantes y cabañas sino que a todos", cuenta Jony, quien agrega que saben que muchos turistas esperan la próxima grabación "para dejarse caer en masa. Pienso que la próxima grabación va a ser de locura acá en la caleta".

LA TELENOVELA

Quienes llegan a la caleta frecuentemente viajan desde Vallenar, Copiapó, Huasco, Domeyko y La Serena. Pero por estos días aparecieron más santiaguinos y visitantes de otras regiones del sur. "Para nosotros en esta fecha casi no hay turistas pero nos salvó prácticamente la mitad del año. Fue una entrada de dinero muy importante", cuenta Guillermo Manríquez, dueño de las cabañas Sol y Mar, en referencia al hospedaje de la producción de la teleserie. En total son más de 30 personas las dueñas de algún tipo de hospedaje en la caleta, capacidad cercana a unas 250 camas que se coparon durante esos días de grabación.

"El Lito" Espinoza arrendó su casa completa para los actores. Posiblemente haga lo mismo en octubre cuando regresen. Cuenta que se ve hace un tiempo una preparación de la caleta para algo más grande. "Ya está cambiando hace rato. Ha crecido mucho el turismo por la promoción de los delfines y ballenas en los reportajes".

Los pescadores aprovechan el verano para hacer recorridos en la reserva marina Pingüino de Humboldt y conseguir el avistamiento de ballenas. Durante el año su sustento se basa en la extracción de algas, además de la recolección de distintos tipos de pescados y mariscos como la lapa, el piure y el loco cuando no está en veda.

Héctor Ávalos es buzo y pescador, este año además trabajó de extra en la teleserie. Cuenta que hace poco ganaron la concesión del muelle que es prácticamente el sustento base de los casi 400 habitantes de Chañaral de Aceituno. Los trabajadores del mar se están organizados para la siguiente parte de la grabación y la llegada de más turistas. "Se está dando a conocer la caleta. Por una parte es bueno que lleguen más turistas, ojalá sean todos tranquilos. Yo crecí acá y cada año veo más gente".

Juana Campusano fue una de las personas que preparó almuerzos para los actores y extras. Relata que muchos de sus vecinos tienen proyectos para aumentar el hospedaje, un paso que podría ayudar en el desarrollo turístico. "Si además hay comunicación yo creo que podremos recibir gente. Se está luchando por una antena hace mucho porque la señal no llega a todas partes, hay que andar buscando. Antes había una antena en Carrizalillo, teníamos señal y se hacían las reservas. Era súper bueno porque casi todo se ocupaba. Pero ahora los turistas vienen por si hay algo desocupado, arriesgándose". Si instalaran un cajero cerca, según Campusano, se solucionaría otro problema. "Aquí se han fiado hasta los alojamientos porque la alternativa es ir a buscar dinero a Domeyko".

¿ESTÁN PREPARADOS?

"Hay un cuestionamiento natural de si Chañaral de Aceituno está preparada para recibir una ola de gente como la que viene. Cuando la telenovela se esté emitiendo es una buena pregunta para las autoridades y los actores locales. Por ejemplo si tenemos baños suficientes en la caleta. Si el sistema de recolección de basura, que pasa unas tres veces por semana, es suficiente y si el vertedero está preparado. Que lleguen los turistas no puede ser mejor. Trabajar potenciando el lugar, haciendo turismo de naturaleza como se hace acá es maravilloso, pero debemos saber si estamos preparados para recibir ese volumen de gente para que no quede una gran huella ecológica por el turismo a través de la basura por el impacto", dice Villarroel.

La capacitación de los mismos pescadores que realizan los avistamientos también sería un punto que los habitantes piensan que hay que tratar. Y sobre todo que se mantenga el número de trabajadores del mar que realizan esos recorridos.

"Nos preguntamos si los boteros están capacitados para transportar tanta gente y que las ballenas no se sientan afectadas, porque hasta este momento se ha mantenido este lugar así porque hay pocas embarcaciones. Si aumentamos la presencia de botes se podrían sentir un poco amenazadas", agrega Villarroel, quien asegura que se nota un ambiente distinto en la caleta por la publicidad que ha tenido el lugar. "Estamos felices de que nuestra caleta salga y se conozca a nivel nacional, pero es un desafío tanto de las autoridades como de nosotros".

La familia fundadora de la caleta

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A su papá lo conocían como "El Chango Robert". Roberto Álvarez era descendiente Chango y el constructor de la última balsa de cuero de lobo, según cuentan en la caleta. Gustavo Álvarez, su hijo, es pescador y tesorero del Club Deportivo Chañaral de Aceituno. "Mi papá se quedó desde que llegó con mis abuelos entonces mi familia siempre estuvo acá. Somos como los fundadores de esta caleta", dice. Gustavo guarda en su casa una réplica de la balsa que alguna vez usó su padre para pescar y desde la que vio a las ballenas acercarse. Cuenta que fue su padre y un tío quienes construyeron las primeras casas, dos o tres en los años 50´ cuando él nació. Más del doble en los 70´ cuando empezó "la fiebre del loco" al sur de Atacama.

Un lugar único en el país

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Explorasub es una estación de buceo que trabaja en la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt hace 14 años. Hace más de un año se asentaron en la Caleta de Chañaral para realizar un registro de la biodiversidad marina y llevar a los visitantes a más de 30 metros de profundidad. César Villarroel, director del centro, explica que la riqueza marina hace de la caleta un lugar único en el país. "Generalmente las ballenas en verano vienen con crías y la caleta les ofrece refugio. Ellas están migrando y paran uno o dos meses a descansar, se alimentan y amamantan, y para hacerlo necesitan esa tranquilidad". Villarroel dice que necesitan mantener ese equilibrio que hasta ahora ha tenido la caleta con una solución mancomunada. Es inevitable que vamos a tener una ola de turistas que vendrán a conocer el lugar para ver orcas, defines, ballena azul, ballena jorobada que son un espectáculo.

¿Dónde queda?

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Chañaral de Aceituno pertenece a la comuna de Freirina y está en el extremo sur de Atacama, aproximadamente a 75 kilómetros de Domeyko y a 25 kilómetros de viaje de Punta de Choros, Región de Coquimbo. Desde la carretera se accede por un complejo camino desierto sin pavimentación, ni señal de telefonía, pero son cientos las personas que arriban para ver cada año el principal atractivo de la caleta, el avistamiento de cetáceos que llegan para descansar y amamantar a sus crías en la reserva marina Pingüino de Humboldt. Y si el 2003 eran unas 3 embarcaciones las que hacían un recorrido para el avistamiento hoy lo hacen unos 20 botes autorizados. El 2012 llegaron más de 15 mil visitantes.