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La razón de escribir

Martín Bretón O.

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Hay un tema en el que las personas que disfrutamos escribiendo, no podemos en ocasiones lograr ponernos de acuerdo. Este es la razón del por qué escribimos. La verdad es que podemos dar una infinidad de razones, sin embargo, resulta lo mismo preguntar a un pintor, por qué lo hace. Escribir, como cualquier otra manifestación artística intelectual, es una verdadera necesidad de expresar nuestro yo interior, mostrar nuestra percepción de la realidad existencial desde nuestro ser interior, ésa es mi personal idea del escribir.

Debo reconocer, no obstante, que muchas personas, y es totalmente legítimo, escriben haciendo de ello su profesión, y realmente me parece admirable, por lo competitivo y difícil que esto significa.

Sin embargo, más compasión merecen los que escriben por la fama que pueden conseguir, pero si lo meditamos un poco, nos podemos preguntar: ¿Hay algo que resulte más banal y efímero que la fama? Si revisamos la historia, nos percataremos que gran cantidad de escritores vivieron de una circunstancia de suerte de sus escritos y fueron olvidados para siempre a pocos años de su muerte, por el contrario, hubo asiduos a la pluma, que no fueron reconocidos en vida y tan sólo después de su paso por este mundo, lo que escribieron fue valorado en su real dimensión, un ejemplo de estos casos es lo que ocurrió con San Juan de la Cruz.

Escribir es un ejercicio hermoso cuando se hace por ejemplo por la belleza o por el logro de la perfección. Pasar por esta vida sin escribir, un libro, un poema o una página que alegre, anime, consuele, enseñe, eduque, nos haga meditar o acompañe en las horas de silencio y soledad, para mí no está completo el existir.

Lo importante es que toda persona que ame el escribir, piense, cómo y en qué puedo ayudar a mis lectores, más aún en una sociedad en la cual la lectura cada vez va quedando más relegada. Que tristeza me da en lo personal, cuando leo y escucho que una gran cantidad de chilenos no comprende lo que lee. Resulta lamentable, pues se privan de recrear su propia existencia o incluso de informarse de lo más relevante que se expresa mediante lo escrito.

En resumen, la razón de escribir es una intención muy íntima e incluso del espíritu. Nadie escribe porque sí, lo hace organizada e intencionadamente. Para quién escribe, es apostar por la voz interior de la conciencia, del alma o de los más íntimos sentimientos o vivencias de su ser.