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Terremotos para niños o con pipeño local son novedad en las ramadas

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El terremoto es considerado un placer de dioses para animar las festividades patrias o guachacas, el brebaje incluso ha desplazado en popularidad a la chicha y lleva tiempo ganando cada día más adeptos.

Por lo mismo es un trago infaltable en las fondas de Copiapó donde cada fondero dice tener el mejor terremoto, e incluso le van aportando más innovaciones.

En primer lugar para los que aún no saben en qué consiste un terremoto, se trata de un vino pipeño en un vaso de medio litro al cual se le agrega helado de piña, granadina y se sirve con una pajita.

De ahí lo dulce de su sabor que tras un consumo persistente es capaz de voltear la tierra a cualquier parroquiano, generando estragos similares a un movimiento sísmico de gran magnitud.

Es así como en las cocinerías que se encuentran al ingresar a las ramadas de El Pretil por Luis Flores, es pecado no acompañar el costillar, las prietas, o los fierritos con un buen vaso. Sobre todo si está hecho con pipeño del sur como se ofrece en uno de estos locales.

Pipeño copiapino

En la Piojera del Chico, José Ruiz, ofrece micheladas, fierros y empanadas, pero su orgullo son sus dos barricas de vino pipeño que, según cuenta, es completamente local, por lo que asegura, sus terremotos son los mejores y únicos en su tipo en comparación a todas las fondas de Copiapó.

En cuanto al nombre Ruiz comenta que 'La Piojera del Chico vienen de una tradición de Santiago donde un tío mío trabajo en La Piojera'.

El Tambo Colla no sólo se destaca por su gastronomía típica, acá también se ofrece el terremoto. Claro que tienen un secreto que Leslia Escobar, la propietaria, no quiso revelar. Otro de sus bien guardados secretos es el terremoto para niños.

'Nosotros hacemos el terremoto de una forma diferente, pero todos nos empezaron a copiar el secreto. Además desde que estamos acá incorporamos el terremoto infantil, no tiene alcohol pero los niños se van bien emocionados porque es muy parecido al de verdad, entonces ellos creen que se están tomando un copete y la pasan bien', afirma Leslia.

Pero si de variantes hay que hablar en El Bar de Moe se ofrece el Marepoto. Como su nombre lo sugiere es un desastre a lo grande, porque quien lo pide le puede agregar un destilado a su gusto, es decir, el doble de efectos colaterales para quien quiera probarlo.