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Muere el sacerdote español contagiado con ébola en África

Virus. Miguel Pajares estaba siendo tratado con un suero experimental.

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El sacerdote español Miguel Pajares se convirtió ayer en el primer europeo que muere de ébola en la peor epidemia en la historia del virus, que deja ya más de un millar de fallecidos en África Occidental.

El religioso, repatriado la semana pasada desde Liberia, donde se infectó, murió en el hospital Carlos III de Madrid, en el que había sido ingresado en una habitación con medidas para evitar contagios.

Pajares, que tenía 75 años, estaba siendo tratado con ZMapp, el suero experimental que están recibiendo los dos estadounidenses con el virus y del que la administración norteamericana va a enviar varias dosis a Liberia después de que su Presidenta, Ellen Johnson Sirleaf, se lo pidiera personalmente a Barack Obama.

El religioso cumplía ayer cinco días de hospitalización. Cuando llegó a Madrid el día 7, su situación clínica era 'estable'. Las autoridades sanitarias no informaron después de su evolución por deseo del sacerdote de la orden de San Juan de Dios.

Según dijeron ayer fuentes hospitalarias, estaba en 'condiciones críticas'. Tenía mal un riñón, padecía también tifus y sufría problemas cardiacos. Sus constantes vitales bajaron en las últimas horas y empezó a tener problemas para respirar. Murió poco antes de las 09.30 horas de la mañana (07.30 GMT). 'Estaba invadido por el virus, que se lo había comido por todos los lados', dijo una fuente del hospital.

Pajares, que vivió ocho años en Liberia y trabajaba para la organización Juan Ciudad, de carácter religioso, se infectó en el Hospital San José de Monrovia. Era el superior del centro sanitario y estuvo cuidando de su director, el camerunés Patrick Nshamdze, que falleció por el virus.

Los reyes de España, Felipe VI y Letizia, y los reyes Juan Carlos y Sofía enviaron sendos mensajes de condolencia a la familia.

El cadáver de Pajares fue incinerado ayer por la tarde sin que antes se le practicara la autopsia, medida que dicta el protocolo sanitario para evitar que el virus pueda propagarse, ya que el contagio del ébola se produce por contacto directo con la sangre, fluidos corporales, secreciones y órganos.

Premier iraquí designado llama a la unidad para frenar a yihadistas

Conflicto. El Jefe de Gobierno saliente sigue sin dar un paso al lado, aunque pidió al Ejército no involucrarse en crisis política.

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El primer ministro designado de Irak, el chií Haidar al Abadi, pidió ayer unidad a los iraquíes para luchar contra los yihadistas, mientras que su predecesor, Nuri al Maliki, sigue sin aclarar si está dispuesto a ceder para poner fin a la crisis política.

Al Abadi, encargado de la formación del nuevo Gobierno, señaló el terrorismo como su prioridad porque amenaza directamente al Estado iraquí, aunque destacó que Irak afronta hoy 'muchos retos para mantener su unidad, su tejido social y sus componentes', según un comunicado de su oficina.

Hizo un llamado a todas las fuerzas políticas que 'creen en la Constitución y el proceso político democrático' a unir esfuerzos en respuesta a los desafíos y a 'abrir la mente para sentarse juntas, no a formar Gobierno, sino a desarrollar una voluntad nacional que permita afrontar los problemas'.

Además, pidió la cooperación de países socios y organizaciones internacionales para luchar contra el yihadista Estado Islámico (EI), que, aseguró, representa una amenaza para toda la región y para la paz y la seguridad internacionales.

Al Abadi realizó estas afirmaciones un día después de ser designado nuevo primer ministro, por lo que recibió felicitaciones como la del rey de Arabia Saudí, Abdalá bin Abdelaziz, quien le deseó que consiga 'estabilidad y prosperidad'.

El saliente Al Maliki no deja claro si está dispuesto a ceder su puesto y, quizá para allanar el terreno, Al Abadi le tendió ayer la mano y elogió sus 'esfuerzos' para luchar contra el terrorismo y construir el Estado iraquí, además de asegurarle que seguirá siendo 'un socio clave' en el proceso político.

Al Maliki exhortó ayer al Ejército y la Policía a quedarse al margen de la crisis política y a limitarse a sus funciones de mantener la seguridad y proteger el país. 'Insto a los comandantes, oficiales y demás miembros de los servicios de seguridad a mantenerse alejados de la crisis política para evitar que los yihadistas aprovechen la situación', indicó.

Entre tanto, los enfrentamientos entre yihadistas, fuerzas iraquíes y tropas kurdas ('peshmergas') continuaban ayer, jornada en la que murieron al menos 80 combatientes del EI en ataques de la aviación de Irak. Según dijo el jefe de seguridad de la provincia de Nínive, Mohamed al Bayati, los ataques se llevaron a cabo contra 'importantes' posiciones yihadistas al sur y al oeste de Mosul, en el norte de Irak.