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Pedro Almodóvar elogia la cinta argentina que compite en Cannes

cine. Pese a que cree que 'Relatos Salvajes' no ganará ningún premio, valoró la plataforma que es el festival.

EFE/EPA/VITTORIO ZUNINO CELOTTO

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La película 'Relatos Salvajes' del argentino Damián Szifrón no ha sonado entre las favoritas de la prensa en la presente edición del Festival de Cannes, que se desarrolla en la ciudad francesa del mismo nombre por estos días.

Y el director español Pedro Almodóvar lo sabe. 'No creo que vayan a darle ningún premio, pero va a salir muy bien catapultada para el resto de los mercados. Yo creo que a la gente le va a gustar mucho', dijo el hombre detrás de 'Hable con ella' sobre las expectativas que tiene sobre el paso del filme por el certamen.

Sin embargo Almodóvar destacó el trabajo de su 'ahijado' argentino que dirigió la película que retrata seis relatos que muestran el lado más irracional del ser humano. 'Me sedujo la parte más salvaje que está en el título. Yo no creo que haya que justificarlo ni siquiera comparándolo con la realidad social con la que vivimos', dijo el español sobre la cinta.

'Por su puesto, todo el mundo haría algo como lo que hace (Ricardo) Darín contra la burocracia (un artificiero exasperado por una administración injusta) y es liberador ver que alguien lo hace, que explota, y no porque tenga que ir explotando oficinas, pero la violencia es uno de los grandes temas cinematográficos y en esta película es muy divertida', agregó el coproductor de la película.

Y a pesar de que Almodóvar no cree que 'Relatos salvajes' sea premiada, destacó que 'ya han salido un montón de críticas más que favorables'.

'No hace falta dar un premio para que la película salga bien parada. No hay que pensar en los premios, es más saludable', agregó.

Almodóvar además destacó al director Damián Szifrón (de 38 años), a quien decidió apoyar tras ver la película 'Tiempo de valientes' y de quien opinó que 'es un cineasta con el que me siento identificado porque mezcla el cine que ama con reflexiones y observaciones más personales en situaciones mucho más cotidianas'.

Publican una novela que relata la misteriosa desaparición de un joven en la VIII Región

trama. Se trata de 'Desaparecido en Concepción', del periodista y escritor Carlos Basso. El autor explica que la obra 'está inspirada en numerosos casos policiales y también en el mundo periodístico'.

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Si bien a Carlos Basso Prieto ya no se le ve caminando apresurado entre los tribunales y los cuarteles policiales, ni olfateando los sitios del suceso acompañado de su libreta y lapicero, el periodismo y las buenas historias siguen siendo su gran pasión.

El reporteo diario de calle, entre grabadoras, micrófonos y flashes, ya forman parte de un pasado nostálgico y, a su vez, mágico. Hoy, lo suyo, está enfocado en la academia, la pluma y su especialidad: la investigación periodística.

Por estos días, el periodista penquista acaba de lanzar su noveno libro, 'Desaparecido en Concepción'.

Pese al título sugerente, su autor aclara que no se trata de una novela sobre el caso Matute ni una investigación sobre éste.

Se trata de su segunda novela (en 2008, escribió 'Los pasos perdido de Shakespeare'). Sus otras siete obras son de investigación, una de las cuales -'La CIA en Chile-, estuvo durante varios meses de 2013 en el ranking de los libros más vendidos en el país y fue nominada a los premios Altazor.

Para su nuevo libro, Basso dice tener altas expectativas. 'Creo que esta novela debería generar interés dado que, en definitiva, trata de un tema que es universal (y que en nuestra ciudad se visibilizó con el caso Matute), que es el terror que genera el solo pensar en perder un hijo, el miedo más sobrecogedor que puede sentir una persona. Es un tema que nos empata, que nos iguala a todos, en todo el mundo. Es antinatural que los hijos se vayan antes que sus padres, y es por ello que todos no podemos sino empatizar y ponernos en el lugar de los padres de Coke Matute, de Madeleine McCann, de Rodrigo Anfruns o de las niñas secuestradas por Boko Haram en Nigeria', explica el autor.

- Si bien 'Desaparecido en Concepción' es una novela, ¿qué tantos elementos de realidad tiene con el caso Matute?

- La novela está inspirada en numerosos casos policiales y también en el mundo periodístico, en sus haceres, en sus lenguajes, en sus obsesiones, en sus grandezas y en sus miserias. Por cierto, la alusión al caso Matute surge naturalmente y es muy fuerte al principio, pero al poco andar se incorporan muchos otros elementos que nada tienen que ver con esa historia, y termina de un modo completamente distinto. De hecho, no es una investigación periodística ni una novela sobre el caso Matute. Tal como lo planteas, es una ficción al 100%, una novela policial que sigue los cánones tradicionales de estas, un escenario para mostrar el mundo de los periodistas, el de los policías, el de los abogados, etcétera, pero si alguien cree que en ella hay alguna verdad judicial, se equivoca.

- ¿Hay personajes que representen a personas que han sido o siguen siendo parte del caso?

- Hay algunas semejanzas, pero en general los personajes fueron construidos en torno a trozos o retazos de éste u otros casos policiales, y muchos de ellos son simples ficciones que fueron estructuradas en torno al papel que debían desempeñar en la trama, y no representan a nadie en particular. En ese sentido, por dar un ejemplo, el subprefecto Prado no guarda ninguna relación con los policías que sí investigaron el caso Matute, donde hay caracteres muy fuertes, como el de Héctor Arenas, ni tampoco es un personaje completamente inspirado en alguien en particular. Quisiera insistir en que esta es una novela y hay que tomarla como tal, como una ficción, que pretende entretener y mostrar una historia que parezca verosímil, lo que no significa que sea real.

- Por qué resaltar que se trata de una historia de Concepción, y no una de Santiago que, habitualmente, para la industria nacional tiene mayor repercusión?

- Uno de los grandes personajes de la historia es Concepción, la ciudad como tal, con su lluvia constante, sus calles de adoquines y todas sus contradicciones. Históricamente, la novela negra se ha desarrollado en Chile teniendo como escenarios principales Santiago y Valparaíso, en circunstancias que Concepción es -para mí- una ciudad fascinante desde todo punto de vista, un lugar lleno de contradicciones, que encierra una complejidad muy importante desde el punto de vista periodístico y policial. En ese sentido, esta novela tiene una gran novedad, pues el escenario de la trama policial ya no es alguna calle de Los Angeles, Santiago o Estocolmo, sino que son las de Concepción, es la caleta Chome, es San Pedro de la Paz, etcétera.