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"Edificios inteligentes" en Chile

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En la arquitectura moderna están en boga los edificios inteligentes y sustentables. Los expertos en construcciones redoblan esfuerzos e integran a su campo nuevos materiales amables con la naturaleza.

También buscan métodos para reforzar la seguridad en los edificios y prevenir la delincuencia. Sensores, chips y otras tecnologías están revolucionando los edificios en temas de confort, ahorro energético, seguridad y optimización de espacios. El último hito son los detectores de presencia en paredes y techos, que permiten monitorizar el nivel de ocupación de las salas y mejorar la distribución de la gente.

Dadas sus múltiples ventajas, estos sensores de presencia de última generación se están implantando ya en edificios de distintas empresas en el mundo, por ejemplo en Carrefour en Francia.

Se trata de una tecnología que ahorra consumo de energía, porque al identificar y comunicar dónde hay gente se puede regular de forma más eficiente la luz y la calefacción, pero tiene otras ventajas.

Por ejemplo, permite localizar de forma inmediata a las personas, y eso ayuda a su posible evacuación en caso de emergencias como incendios.

También identifica sin cámaras y sin tener que abrir puertas las salas de reuniones vacías, lo que soluciona el problema de no utilizar determinados espacios en las oficinas, únicamente porque no se ha actualizado el sistema de comunicación interno en donde aparecen como reservados sin que finalmente se utilicen.

Los empleados reciben las comunicaciones en tiempo real en sus dispositivos móviles, lo que les ayuda a evitar desplazamientos innecesarios dentro del edificio; así, por ejemplo, si reciben la notificación de que la cafetería está llena, pueden decidir posponer el café para más tarde.

La multinacional francesa Schneider Electric, líder mundial en fabricación de material eléctrico y soluciones de eficiencia energética, ha desarrollado una tecnología de este tipo que combina sensores de presencia y sistemas de radiofrecuencia junto con nanochips de identificación que llevan los empleados en portatarjetas.

Esta empresa gala, que en 2011 se hizo con el conjunto software Telvent, acaba de celebrar en París, con la presencia de sus máximos directivos, una jornada internacional con periodistas de todo el mundo para informar de sus últimas soluciones en materia de eficiencia energética.

El presidente de la compañía en España y Portugal, Patrick Gaonach, aprovechó la cita para anunciar la creación este mismo año de "un centro de excelencia" en Barcelona de "ciudades inteligentes", junto con el ayuntamiento y un consorcio de empresas, incluida Schneider Electric, con el objetivo de definir una plataforma para este tipo de urbes extensible a todo el mundo.

En este ámbito de "ciudades inteligentes" se enmarca el software de gestión Give Life to Real State (Giliff, en inglés) para medir la ocupación de espacios en edificios, que por el momento se ha empezado a implantar en inmuebles empresariales, pero podría ser trasladable a otros espacios como centros comerciales o museos, según sus responsables.

Esta tecnología podría ayudar a localizar niños extraviados o personas con enfermedades neurodegenerativas. Además, evitaría sustos tan desagradables como dejar encerrado por error a alguien únicamente por no saber que hay alguien dentro.

El área que detecta cada uno de estos sensores es de 15 metros cuadrados. Su implantación se combina con un sistema de radiofrecuencia y chips RFID de identificación personal, que los empleados llevan adosados en portatarjetas. El chip carece de daños para la salud, porque tiene unas emisiones bajísimas (un millón de veces menos que las de un teléfono móvil con wifi, y diez millones menos comparado con la conexión 3G).

Otra de las ventajas del sistema es que es anónimo, al borrarse automáticamente los datos personales de la persona identificada una vez obtenidos. La tecnología sólo desvela su ubicación y el tipo de vinculación con la empresa, ya sean visitantes, empleados o el personal directivo.

Los nuevos edificios están pensados tanto con fines de ahorro energético como en mejorar los sistemas de seguridad. En Chile, un edificio como la torre Titanium, el segundo rascacielos más alto del país, tiene lectores de tarjetas magnéticas en todos los pisos y estacionamientos. También hay inmiebles en donde se utiliza un lector de huella digital para ingresar al edificio. Los esfuerzos también están enfocados en la construcción con materiales que contribuyan al cuidado del medio ambiente, tales como componentes térmicos, paneles fotovoltaicos y métodos de ahorro de energía eléctria y agua potable.