El último gran terremoto del Norte Grande ocurrió en 1877 e incluyó un tsunami que golpeó Iquique, Arica, Cobija, Tocopilla, Mejillones y Antofagasta
Atacama aún no olvida el terremoto ocurrido el 10 de Noviembre de 1922, cuando un largo sismo destruyó o dejó serios daños en cerca del 80% de las viviendas de Copiapó.
Chile es un país sísmico y debemos acostumbrarnos a ello. Y si hay algo cierto respecto a tal condición es que cada día falta menos para el próximo terremoto que irremediablemente se producirá en alguna parte de nuestro territorio.
No podemos saber cuándo, ni dónde ocurrirán, solo que volverán a suceder una y otra vez, con una periodicidad relativamente estable.
Los expertos han dicho que el Norte Grande es el principal foco de preocupación por la energía acumulada por más de un siglo y por la citada recurrencia temporal que estos fenómenos tienen.
Lo acaecido el fin de semana frente a las costas de Iquique, más allá del origen y relación que tenga con el esperado 'gran terremoto' en ciernes es un nuevo llamado de atención para estar preparados.
Es claro que lo fundamental es la actitud personal y de las familias, pues no se puede dejar todo en manos de las autoridades. Cada uno y sus relaciones más cercanas, deben saber qué debe hacerse en caso de tragedias de este tipo, conscientes que, como dijimos, son fenómenos propios de una nación bajo el choque y fricción de las placas Sudamericana y de Nazca.
Es fundamental tener elementos básicos disponibles para enfrentar catástrofes de este tipo. Agua suficiente para varios días; una radio a pilas, velas, linternas y un plan de contingencia que permita a las familias reunirse en sitios puntuales en caso que no puedan hacerlo en sus hogares. Parte importante de la gente, aún no sabe cómo comportarse, o dónde está su sitio de encuentro seguro.
A nivel macro, aunque Chile ha mostrado notables avances en seguridad, todavía resta mucho camino que recorrer. La bajada de las informaciones sigue siendo poco clara, dubitativa y hasta inoportuna, factor que es crítico cuando se trata de minutos que pueden salvar vidas.
Nunca se exagera cuando se trata de proteger la vida humana, ni tampoco se busca generar caos.
Como lo dijimos al principio, Chile es un país de terremotos y eso no puede olvidársenos.