La clave se encuentra en trasgredir el enfoque unidimensional de la educación.
La docencia es en sí misma, una labor eminentemente social y humanista. El apoyo incondicional al otro, se sustenta desde un enfoque generoso, donde el rol de educador no implica sólo la entrega de conocimientos desde lo cognitivo, sino que considera un quehacer integral y comprometido con el proyecto de vida del alumno (a). Desde esta perspectiva, el rol del docente que trabaja en educación especial, no difiere en esta base común, pero evidentemente requiere agregar elementos específicos a su labor.
Más allá de una formación profesional especializada, que sin duda, es necesaria considerar, el perfil profesional y personal de quien asume estas funciones pedagógicas, es un aspecto de tal relevancia, que creo necesario explicitar.
Como todos los compromisos efectivos en nuestra vida, el profesional debe, en palabras de Theo Peeters, "sentirse atraído" por la condición de las personas a las que otorgará apoyos, en síntesis, hay quienes sentirán con absoluta convicción que esta senda es la que desean recorrer, para ello, resulta necesario, considerar este decálogo, planteçado por el especialista belga:
Sentirse atraído por las diferencias. Poseer gran imaginación. Capacidad de dar sin requerir gratitud inmediata. Estar dispuesto a adaptar el propio estilo de comunicación y relación. Tener el valor de seguir trabajando aunque no se reciba el apoyo necesario.
Nunca estar satisfecho con el nivel de conocimientos que se posee. Aceptar el hecho de que frente a cada pequeño avance, surge un nuevo desafío o problema. Disponer de capacidades pedagógicas y analíticas extraordinarias. Estar preparado para trabajar en equipo No considerarse nunca un experto, ser humilde frente a la real experticia de los padres.
La clave se encuentra en trasgredir el enfoque unidimensional de la educación, que otorga un valor superlativo al conocimiento académico y centrarnos en las necesidades individuales de la persona- alumno (a), para instalar una mirada multidimensional que nos permitirá que emerjan aspectos fundamentales del "Ser" tales como la autodeterminación, la autonomía, la participación e interacción social que les permitan progresar, en su trayectoria educativa y vital.