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Los suplementos de presupuestos públicos superan los $20 mil millones

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Hasta el 15% del presupuesto público que manejó el Consejo Regional en el presente periodo, se tuvo que entregar en suplementos de fondos para obras de recuperación de patrimonio, y otras cuyas partidas iniciales no alcanzaron para concretarlas.

Este valor supera los $20 mil millones, según explica el Consejero Regional David Álvarez, quien comentó que estos aportes extras que entregó el Core, fueron necesarios para aumentar las partidas de los proyectos públicos.

"Esto se viene dando a partir de esta vorágine que se produce en Atacama con respecto al proceso de crecimiento de la minería, eso impacta al mercado y a la obra pública. De ahí que la mayorías de los proyectos ha necesitado de este suplemento y no deja de ser significativo, en algunos casos éste oscila entre el 30 al 90 por ciento del presupuesto original", explica el Consejero.

Ejemplo de ello son la reposición del Liceo Mercedes Fritis que requirió un suplemento de más de $5.539 millones; el mejoramiento de los espacios urbanos de Paipote donde le Core aprobó $735 millones; el cuartel policial de Chañaral con un monto aumentado de $523 millones o el mejoramiento del paseo ribereño de Vallenar al cual se le inyectaron $1.538 millones adicionales.

"Fue producto de este volumen de trabajo que se apreció en algún momento en Atacama, que se dio el caso que algunos contratista despreciaron la obra pública para ir a abordar el requerimiento privado", asevera David Álvarez.

Las razones por las cuales el Consejo Regional debió aumentar los montos que originalmente se entregaron a las obras, se deben a las oscilaciones del mercado.

Otro caso son los costos de materiales que aumentaron desde el periodo de aprobación del proyecto hasta el momento de su concreción, sobre todo, porque el volumen de demanda por obras en Atacama generó un encarecimiento en los materiales de construcción.

Un último factor es la falta de mano de obra especializada, lo que significó que los contratistas debieron, en algún momento, traerla desde otras regiones o reclutar a extranjeros.

Álvarez explica que "la obra pública, dada sus características, es muy exigente y en su ejecucuón, muchas veces los contratistas, aunque posean la capacidad financiera de llevarlas adelante, les afecta el flujo de capital y desde esa mirada a veces elevan mucho sus propuestas de construcción, versus la proyección que hizó el profesional del área que postuló dicha obra". El consejero agrega que "ellos (los profesionales) trabajan los valores reales del mercado, lo que pasa es que el mercado es tan oscilante y las postulaciones normalmente tienen plazos muy largos en términos de construcción, por tanto en un año pasan muchas cosas en materia financiera".

En cuanto a la mano de obra, esta es una situación bien particular en Atacama. El aumento de las obras, tanto particulares como privadas, generó un escenario en el cual se tuvo que acudir a trabajadores de otras regiones.

"Yo entiendo que algunos contratistas no han tenido las capacidades suficientes de personal, porque la mano de obra local se encuentra laborando en otros campos, de hecho en Atacama no es menor la cantidad de personas extranjeras que hoy están haciendo uso de los trabajos que antiguamente estaban entregados a la ciudadanía copiapina", señaló David.

Uno de los ítems que particularmente terminan encareciendo el resultado de estas obras en la región, son los gastos generales y aquí David Álvarez se detiene un poco. "Hoy las empresas están trabajando con un margen superior de gastos generales que los obliga a reevaluar, además que estos suplementos se han ido entregando como una constante de ir cubriendo las necesidades que el proyecto no contemplaba en una primera instancia" explica el Core.

Álvarez agrega que "en la práctica las partidas no fueron las suficientes para llevar a cabo la idealización que hizo el técnico, entonces se produce este déficit que se traducen en un mal ejercicio".

Es por tal motivo que el Core aconseja regular esta práctica y exigir a los usuarios del FNDR que evalúen de mejor manera estos gastos, para que los contratistas tengan un colchón de recursos, para llevar a cabo sus obras sin la necesidad de estas peticiones.

"Por una parte tenemos el apremio del contratista por ganar más plata y por otra parte el profesional que no se atrevió a ponerle más 'lucas' porque puede producir en efecto pernicioso para la región y a veces ocurre que cuando construimos algo quedan cosas sin solucionar", señala David Álvarez como las situaciones que están aquejando a Atacama en la ejecución de su presupuesto, y agrega que "lo que hacemos con los recursos es tan igual que lo que hacíamos con menos recursos hace cinco o seis años atrás".

Los mayores suplementos fueron entregados al Liceo Mercedes Fritis ((45.539 millones), Mejoramiento de los espacios urbanos de Paipote ($735 millones); Conservación y mantenimiento vial de Vallenar ($309 millones); Construcción observatorio y mirador astronómico de Alto del Carmen ($301 millones); mejoramiento del paseo ribereño de Vallenar ($1.538 millones); Electrificación Totoral, Canto del Agua y Carrizal Bajo ($342 millones); Ampliación edificio Consistorial de Diego de Almagro ($239 millones); Reposición cuartel policial de Chañaral ($523 millones) entre otros.