Nos encontramos ante el imperativo de reflexionar acerca de un paradigma de aprendizaje.
Uno de los desafíos que enfrenta la educación chilena, es la necesidad de avanzar desde un modelo de enseñanza- aprendizaje "tradicional" hacia un paradigma diferente, capaz de responder a las necesidades de la sociedad, que exige un modelo de escolarización de acuerdo a una estructura social, caracterizada por su diversidad. Por ello nos encontramos ante el imperativo de reflexionar acerca de un paradigma de aprendizaje en el que, a los sistemas educativos convencionales, han de sumarse retos nuevos, para adaptarse a las distintas necesidades del alumnado existente en las aulas. Esto implica que la toma de conciencia acerca de la diversidad, requiere un nuevo modo de abordaje desde la educación, entendiéndola como una necesidad del sistema, un concepto ligado a la universalidad de aprendizaje, desde y para la inclusión.
El concepto de "integración", refiere a acciones externalizadas, para personas con discapacidad, elaborados por personas sin discapacidad, según normas y condiciones pre-establecidas.
Sin embargo, la "inclusión", expresa mejor el derecho de pertenecer a un sistema igualitario, con objetivos compartidos, sustentados en la convicción de, que las diferencias humanas forman un conjunto de peculiaridades, siendo esta diversidad, algo propio del ser humano, por lo que el sistema educativo ha de contemplar ese conjunto y darle la respuesta adecuada.
Desde esta perspectiva, los centros educativos deben crear estructuras flexibles que les permitan acoger y otorgar educación de calidad a todos (as) sus alumnos (as). De igual modo, la inclusión también debe ser vista como un proceso continuo de eliminación de barreras para el aprendizaje y la participación.
La escuela inclusiva se fundamenta en el principio de normalización, utiliza un currículo único con metodologías variadas, para brindar apoyos educativos a la totalidad de sus miembros, respetando los ritmos de aprendizaje pero sobretodo siendo capaz de reconocer las diferencias y valorarlas como un factor de enriquecimiento mutuo.