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Isabel Allende y su salto a la literatura policial: "En el fondo, me burlo del género"

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Un verdadero "salto" hacia la literatura policial es el que acaba de dar la escritora nacional Isabel Allende con su nueva novela, "El juego de Ripper". Se trata de una obra de intriga, basada en un juego de rol y llena de personajes llamativos, en la que procura ser fiel a las reglas de este tipo de libros pero "con humor e ironía", dice ella.

"En el fondo me burlo del género. He hecho un poco como hace Cervantes cuando se burla de las novelas de caballerías y escribe el Quijote", aseguró ayer la escritora en Madrid, donde presentó su obra, en un evento realizado en la Casa de América.

Durante el evento, la escritora celebró el resultado de la elección presidencial en Chile. "Tengo una gran alegría de que Bachelet fue elegida", comentó con una sonrisa.

"El juego de Ripper", disponible desde hace unos días en las librerías chilenas, marca un fuerte giro en la trayectoria de la autora, pues es su primera novela sobre crímenes.

"El juego de Ripper" ocurre en 2012 y está situada en San Francisco, la ciudad de California en la que Isabel Allende vive desde hace más de veinte años y una tierra "optimista".

Ese optimismo se refleja en la novela, en la que "ocurren cosas que si sucedieran en Latinoamérica dirían que es realismo mágico, pero como pasan en Estados Unidos es medicina alternativa o 'new age'", comentó la escritora.

Como es poco aficionada a las novelas policiales, Isabel Allende leyó varias obras de escritores escandinavos, como la trilogía "Millenium", de Stieg Larsson, mientras preparaba "El juego de Ripper".

En el camino, contó, se dio cuenta de que ella no puede escribir ese tipo de obras, "porque son muy sórdidas, muy negativas, no hay ninguna redención. Todo es oscuro y yo no soy así".

Por eso, añadió, "decidí escribir una novela de las mías y meterle crímenes, así, como quien echa sal, para ver qué salía".

La novela surgió de un curioso encargo. La agente literaria Carmen Balcells le pidió a Allende que escribiera un libro policíaco junto con su marido, el abogado californiano William C. Gordon, que ya ha escrito seis novelas policiales.

Pero ella tuvo dudas: "Eso no podía resultar. Tenemos métodos muy distintos. El es gringo, escribe en inglés, a ratitos cortos, a mano. Yo escribo directa en la computadora, sin un plan, en español, por once horas seguidas si es necesario", contó la autora de "La casa de los espíritus".

El 8 de enero (Allende siempre empieza sus novelas en esa fecha) la escritora se fue a su habitación a escribir su libro y su marido hizo lo propio con el suyo. "La cosa podía haber acabado en divorcio", comentó.

Para documentarse, asistió a una conferencia de escritores de novelas policiales donde aprendió "muchas cosas". Habló con policías, detectives y médicos forenses. Y con un sicólogo especializado en asesinos en serie.

En el libro, Allende elige un juego de rol para ir contando los crímenes que conmueven la ciudad de San Francisco y sus alrededores. La idea se le ocurrió al ver a su nieta Andrea jugar a "Ripper", un juego de rol que gira en torno a pillar a Jack "el destripador" en Londres, en 1888.

Luego, trasladó la acción a San Francisco y la situó en la época actual, pero "la idea es la misma", subrayó.

Los jugadores son unos cuantos adolescentes, más un abuelo, que es como el que le hubiera gustado tener a la escritora en su vida real.

En la historia, los protagonistas van "por delante de la policía en la investigación de los crímenes", cuenta la escriutora, que explica que ello es "porque no están obstaculizados por la burocracia y los métodos policiales. Tienen imaginación, intuición, todo lo que la policía no puede emplear porque debe ser rigurosa".

Allende contó que los personajes fueron surgiendo a medida que los necesitaba. El de Indiana Jackson, la madre de Amanda, la protagonista, está inspirado en una amiga argentina de Allende que es sanadora y experta en aromaterapia: "Es una especie de bruja santa".

El del atormentado Ryan Miller, el "navy seal", lo desarrolló tras hablar tres días con un militar perteneciente a este cuerpo de élite. Le mostró y contó todo lo que ella necesitaba, desde métodos que emplean hasta el lenguaje del cuerpo militar.

Amanda, la directora del juego de Ripper, está inspirada en Andrea, la nieta de la escritora y que, "cuando tenía quince o dieciséis años era medio friki", dijo Allende.

El abuelo, Blake Jackson, es un hombre cariñoso, muy distinto al de la escritora, que tenía "un carácter muy severo pero era un hombre buenísimo. Era muy católico, muy sobrio y de él heredé algunas cosas de mi formación, como la disciplina y el espíritu de trabajo".

La autora de "Retrato en sepia" o "Inés del Alma mía" asegura que todo lo que cuenta en el libro "existe en California", donde abundan los astrólogos, los siquiatras que practican budismo zen y "los psíquicos que te pueden conectar con tu mascota muerta".

Y la medicina alternativa es mucho más válida de lo que algunos creen, subrayó: a su marido "le diagnosticaron hace tres años una enfermedad terminal, le dieron dos años de vida y la medicina occidental no podía hacer nada por él".

"Se pasó a la alternativa y está vivito y coleando y cada vez mejor. Los médicos dicen ahora que se equivocaron con el diagnóstico porque no pueden aceptar que algo que ellos no inventaron pueda resultar", subrayó Allende.

La escritora nacional dijo que no ve "ninguna posibilidad" de entenderse con Hollywood para que sus obras puedan llegar al cine.

Inspiración La novela se inspiró en un juego de rol que tiene como objetivo atrapar a Jack, el destripador.

Lugar El libro está ambientado en San Francisco, una ciudad de EE.UU. en la que Allende vive hace más de 20 años.

Cuestión de fechas La escritora nacional tiene por costumbre siempre empezar a escribir sus libros un 8 de enero.