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El nivel global de gases de efecto invernadero está aumentando rápidamente, y retrasar la toma de medidas reducirá las opciones para el manejo de los peores impactos del cambio climático. Esa es la advertencia hecha esta semana por un grupo de científicos expertos dependiente de la Organización de la Naciones Unidas.

Los hallazgos están en el borrador final de un reporte del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, una entidad patrocinado por la ONU que proporciona la base científica para las negociaciones sobre el clima.

El informe, que será divulgado en abril próximo en Berlín, agregó que los gobiernos de todo el mundo están aún gastando mucho más dinero en subvencionar los combustibles fósiles (especialmente las centrales térmicas alimentadas con carbón) que en acelerar la transición a las fuentes de energías más limpias.

El reporte dice que el calentamiento global continuará aumentando a menos que los países cambien rápidamente a energías "limpias" y reduzcan sus emisiones de gases de efecto invernadero.

El documento dice que a pesar de las políticas nacionales y esfuerzos internacionales encaminados a mitigar el cambio climático, las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero que están calentando el planeta crecieron 2,2% por año en promedio entre 2000 y 2010, comparado con un incremento de 1,3% por año de 1970 a 2000.

Las dos principales razones del incremento en las emisiones son el crecimiento económico, que ha subido drásticamente, y la expansión demográfica, la cual ha sido constante, de acuerdo con el reporte.

El mayor contribuyente de las emisiones globales resulta de la quema de combustible y carbón. El borrador del informe dice que se prevé que su aporte aumentará.

A menos que se hagan "esfuerzos explícitos" para reducir las emisiones de gas de invernadero, los expertos indicaron que una mayor conservación y eficiencia no serán suficientes para contrarrestar su incremento.

Al subir la demanda de energía y el creciente uso del carbón para generar electricidad, los expertos calculan que las emisiones del sector se duplicarán o triplicarán para el año 2050 respecto de los niveles de 2010, a menos que las mejoras en energía limpia "aceleren significativamente".

Negociadores internacionales del clima acordaron en la conferencia de cambio climático de la ONU de 2009 en Copenhague que el calentamiento global de este siglo debe aumentar menos de 2 grados centígrados para evitar los peores impactos del cambio climático.

Precisamente, el documento advirtió si el elevado nivel de emisiones continua hasta 2030, el objetivo de limitar el calentamiento global en la forma acordada será imposible de conseguir sin un programa de emergencia enormemente caro para reconstruir el sistema de energía, e incluso así no hay garantías de que un esfuerzo de última hora tenga éxito.

Chile es uno de los países que ha ratificado la Convención Marco de la Naciones Unidas sobre el Cambio Climático y el Protocolo de Kioto, las herramientas de política internacional para tratar de enfrentar este problema.

Según indica el sitio web del Ministerio del Medio Ambiente chileno, esa cartera, a través de una Oficina de Cambio Climático, definió una serie de ejes de trabajo relacionados con este problema. Entre ellos, tener un inventario y una medición de los gases de efecto invernadero en el país, una estrategia de mitigación y baja en carbono, así como realizar educación para sensibilizar a la población con este tema.

El borrador pertenece al tercer segmento de un informe que el IPCC está elaborando y divulgando por tramos. El primero de estos segmentos se presentó en septiembre en Estocolmo y en él se aumentó el grado de certeza sobre la responsabilidad de la acción humana en el cambio climático. El segundo se presentará en marzo en la ciudad japonesa de Yokohama y se espera que una de sus principales conclusiones sea que el suministro alimentario puede afrontar serios riesgos si continúa el calentamiento.