"Memoria obstinada"
Una de las características notables que diferencian a los seres humanos del resto de los homínidos y de los otros animales que reptan, vuelan, nadan y caminan sobre este planeta, es el ejercicio inconsciente y continuo de todos los mecanismos metabólicos asociados al proceso de la memoria. Esa memoria obstinada que una y otra vez aflora por distintas razones y motivos, para evocarnos momentos de dicha o de dolor, de alegría o llanto, de felicidad o tristeza. Para bien o para mal, todos tenemos memoria plagada de recuerdos, evocaciones. Mezclas de remembranzas con fantasías, que son un pilar esencial de nuestra identidad.
La cuadragésima conmemoración de uno de los actos más aberrantes que ha golpeado la bicentenaria historia de este país, quizás marca el principio del fin de la mentada transición a la democracia. A diferencia de conmemoraciones anteriores, la memoria obstinada (patrimonio de cada uno de los familiares de las víctimas del terrorismo de Estado), afloró a borbotones en un país obligado a la amnesia. Se está presentando ante las nuevas generaciones como una brutal verdad negada y tergiversada durante exactamente cuatro décadas por el sector de la sociedad que tardó 55 años en ganar una elección por la vía de las urnas.
A cuarenta años de distancia, el caudal de memorias individuales y colectivas está anegándolo todo. En los más diversos formatos: libros, documentales, reportajes, miniseries televisivas, obras de teatro, musicales, performances callejeras, instalaciones artísticas, entre muchas otras expresiones artísticas y testimoniales, la memoria obstinada llegó para quedarse.
A pesar de aquellos que quieren olvidar o de aquellos que recurriendo a fantasías, se han armado de una memoria de oropel y cartón piedra, ésta lenta e inexorablemente se disuelve en el manantial de la memoria obstinada, esa que fue excomulgada por la casta dominante a sabiendas que su sola presencia puede atentar contra el paraíso del poder, del cual han libado desde que Chile es Chile.
Marcelo Saavedra Pérez Biólogo
Siesta en el Congreso
Un muy feo espectáculo, un muy mal ejemplo y la demostración ante todos los chilenos, de que en el congreso no se hace ningún esfuerzo para mejorar su imagen ante la ciudadanía, cuando se vio que un diputado "dormía a pata suelta", mientras el resto de sus pares sesionaban, salieron voces en su defensa, que mucho trabajo, que falta el tiempo, que discutían "la Ley Morfeo", pero nada logra justificar su mal proceder, en primer lugar es una falta de respeto a los electores que dice representar, segundo es reírse en la cara a los que le pagan su dieta y tercero una bofetada a todos los trabajadores que todos los días, de sol a sol "sudan la gota gorda" y no tienen ninguna posibilidad de "echarse una siesta", situaciones tan poco afortunadas como ésta, solo hacen más grande la brecha entre el congreso y la esforzada Sra. Juanita….
Solo unos pocos sueños se cumplen, la gran mayoría de los sueños se roncan…
Luis Enrique Soler Milla
Construcción de edificios
El vertiginoso crecimiento de superficie experimentado por las ciudades chilenas durante las últimas décadas, además de la contaminación y la falta de seguridad son factores que afectan directamente la calidad de vida.
Para las próximas décadas, se estima que el 70% de la población mundial vivirá en ciudades, razón por la cual edificios monitoreados con Smart Grid (red inteligente) se convertirán en una práctica alternativa para trabajar y vivir, ya que aminoran el consumo energético, los costos y por ende, las emisiones de CO2.
Los edificios son la causa del 18% del total del consumo energético en una ciudad, por lo que mantener en óptimas condiciones de funcionamiento una o varias de estas construcciones es un verdadero desafío, más todavía si consideramos que una edificación, cualquiera sea su uso final presenta subsistemas para el control y monitoreo de la energía, el clima y la seguridad.
La herramienta pensada para lograr unificar dichos ítemes en uno solo en forma eficaz y sustentable es el Sistema de Gestión de Edificios (BMS, por sus siglas en inglés).
Al observar el ciclo de vida de un edificio, que va desde los 25 a los 30 años, podemos detectar que el 25% del costo de su ciclo completo es destinado al financiamiento y la construcción, mientras que el 75% restante se produce durante la vida operacional.
En la actualidad ya existen soluciones de convergencia de sistemas, que permiten reducir costos de energía hasta en un 30%, liberando capital para nuevos proyectos y al mismo tiempo disminuyendo las tasas de consumo energético en las ciudades.
Atentanente
Marco Carrasco Schneider Electric Chile