Acuerdos y desacuerdos
Un nuevo debate se ha tomado la firma por la Paz y por una nueva Constitución. A pesar del escaparate del acuerdo casi transversal, las dudas y confusiones vuelven. Llama la atención que hayan versiones tan disímiles. No se trata de la falta de una coma, punto o una palabra o un "vacío legal": se trata de una materia que se supone se daba por entendida y que así fue comunicada a las personas.
El acuerdo por la paz y para elaborar una nueva Constitución corre el riesgo de caerse, según el diputado del Frente Amplio Gabriel Boric, luego que el senador de Renovación Nacional Andrés Allamand hablara que las materias que no sean aprobadas por el 2/3 de quórum de la Convención Constituyente o Convención Mixta, no serán vistas por el Congreso y que la nueva Carta Magna debe concretarse íntegramente en uno de los dos mecanismos descritos. Si no hay acuerdo en estos, la convención fracasa y por ende sigue rigiendo la Constitución de 1980. Nuevamente los escaparates por un acuerdo político se transforman en dudas, a pesar que se supone había claridad en cuanto al proceso, con firmas mediante. La gran diferencia es que ahora está en juego una Carta Magna, que es la guía de los países, que aborda los derechos fundamentales de los ciudadanos, la configuración de los Poderes del Estado, la forma en que el país educa, entrega salud y otros tantos aspectos con los que no se puede jugar.
"Si ellos (parte del oficialismo) tienen razón, el acuerdo es un tongo", dijo el abogado Fernando Atria, ex PS, en una declaración que si alguien no supiera el contexto fácilmente podría identificarla con un escándalo de farándula.
Chile se juega cosas importantes en estos días y preocupa que los políticos que se supone están preparados para estas instancias y saben lo que están firmando, lleguen a versiones tan encontradas de una materia que dista de ser una especie de "vacío" legal o la falta de una coma, punto o una palabra.
Lo vivido es complejo y lo que es peor las condiciones del acuerdo fueron divulgadas y entendidas por las personas de una manera, provocando confusión y por ende rabia con las autoridades por brindar un nuevo exabrupto. Habría que ver si el apuro, la crispación y el miedo a que empeorara la crisis social terminaron siendo malos compañeros y generaron errores que no fueron vistos en el momento. Es de esperar que no haya entrado el llamado "juego político".
Es delicado que esto ocurra dado que un componente esencial de la firma era buscar paz social. Si los partidos no logran ponerse de acuerdo para resolver este dilema, ciertamente que el clima social corre riesgo de enrarecerse.