¿Son la educación y la salud un derecho?
Es una pregunta abierta a una interesante discusión, en la cual no hay ninguna discusión, es que la salud y la educación son bienes económicos (bienes que cuestan dinero). Todo en la educación y en la salud hay que pagarlo; desde auxiliares a profesores, desde auxiliares a médicos. Y esa es una de las razones por las cuales se produce la discusión filosófica en atención a esta derivada económica.
Una forma de responder esta pregunta (no digo que sea la única) es la siguiente: ¿tengo derecho a una parte (cualquiera sea) de los ingresos de otro para financiar mi educación o mi salud?
El Estado en su rol social de ayudar a quienes más lo necesitan (cuestión en que nadie podría estar en desacuerdo) lo financia con cargo al contribuyente. Es decir, es el contribuyente quien finalmente financia el gasto social, (y en definitiva el gasto público). Gasto social que es mínimo y focalizado. ¿Por qué? Porque el Estado en uso de su aparato coactivo nos extrae parte de nuestros ingresos en virtud de los impuestos. En ese sentido, como los impuestos son una afectación a la propiedad privada, mientras menos nos confisca el Estado, menor es el gasto social y mayor debería ser la focalización. La propia idea de que el Estado provea un mínimo de educación y salud en su rol social para quienes más lo necesitan, responde a la idea de que "(ojalá)" menor sea la afectación a la propiedad privada que nos hace con los impuestos.
Si los bienes económicos de los cuales el Estado asume el rol social de subsidiar a quienes lo necesitan son financiados por el contribuyente, cabe preguntarse entonces; si tengo derecho a la salud ¿tengo derecho a una parte de los ingresos del contribuyente? Dicho de otra forma ¿Tengo un derecho a una parte de los ingresos de mi vecino para pagarme mi educación?
Volviendo al planteamiento, desde una derivada económica pareciera tener sentido la pregunta en tanto que, si bien la salud y educación son fundamentales para una sociedad, no es menos cierto que al final del día deben ser financiados por las personas que componen esa sociedad.
En suma, ¿Tengo derecho a disponer de una parte de tus ingresos para financiarme mi salud y/o mi educación?
La respuesta a esa pregunta es una respuesta a si salud y educación son un derecho. Sí o no, la discusión es interesante.
Rodrigo Quiroga Iriarte, ingeniero industrial Copiapó
Chile inestable
Señor director: Más que una opinión permítame narrarle una conversación ocurrida la semana pasada entre emprendedores chilenos y argentinos.
Tras varias conversaciones y negociaciones los dueños de una franquicia argentina, le comunican a los chilenos su decisión final de no instalarse en nuestro país dada la situación social que estábamos atravesando y principalmente porque se habían dado cuenta que Chile era un país inestable...tal cual; inestable.
Inmediatamente se produjo un incrédulo silencio de parte de nuestros compatriotas quienes atónitos y con una risa nerviosa no lograban entender las palabras que habían escuchado y sobre todo de quienes venían. Luego de varios segundos bastantes incómodos, el emprendedor trasandino continuó con su argumento: "Saben señores, aquí en la Argentina podemos armar los quilombos más grandes, marchar millones en el obelisco y elegir mal a nuestros políticos, pero nunca, jamás nunca, verás a un argentino quemar la Argentina".
Juan Pablo Swett, presidente Multigremial Nacional De Emprendedores=
Amor a la patria
A los mapuches desde niños, nuestros padres nos inculcaron la honradez, amor y protección a la naturaleza; trabajar a diario en la madre tierra, así ella, nos da lo necesario para subsistir y compartir. Amar la patria, es como honrar a nuestros padres, velando para que todos podamos vivir en un ambiente que nos ayude a crecer como persona. Se nos habla de justicia y paz; esto se logra en verdad, respetando la dignidad de las personas, anhelo que todos queremos. En las protestas multitudinarias, los ciudadanos manifestaron sus necesidades más urgentes en cientos de carteles. Lamentablemente, el gobierno, parlamentarios, políticos y autoridades, lejanos a las inquietudes y preocupaciones de la población, no escucharon ni comprendieron los "signos de los tiempos", con las consecuencias ya conocidas. Ahora, concretado el acuerdo por una nueva constitución; que la justicia, la paz y verdad se encuentren, para que le den prosperidad a nuestro pueblo. Los que participaron en actos de corrupción, afectaron a todos los chilenos, demostrando su falta de "amor a la patria".
"El que construye su casa con dinero ajeno, recoge piedras para su mausoleo" (Eclesiástico 21, 8).
Derico Cofré