Ayer el partido de Cobreloa y Magallanes válido por el torneo de Primera B, se convertiría en la "prueba de fuego" para la Asociación Nacional de Fútbol Profesional para seguir con el fútbol chileno. Las condiciones se supone estaban dadas. Sería a puertas cerradas, con las medidas de seguridad tomadas y los jugadores en el estadio, pero finalmente el paro de los funcionarios de La Pintana y amenazas al administrador del estadio terminaron por suspenderlo. La ANFP culpó a la casa consistorial en una jugada que está lejos de ser la adecuada y que no afronta el real problema: la compleja organización de eventos deportivos.
Las amenazas ciertamente deben ser condenadas y no pueden primar en esto, mientras la ANFP divaga en controlar este y otros detalles, lo que al fin y al cabo es imposible, dada la multiplicidad de factores que pueden terminar suspendiendo partidos. Ayer fue el personal municipal, pero hoy y mañana podrían ser los cortes de ruta que impidan llegar a los planteles o bien el retraso de su arribo vía aérea a las distintas ciudades; los desmanes en las afueras de los recintos deportivos; o incluso que los mismos futbolistas no quieran iniciar el partido como ha trascendido en distintas latitudes.
Pero incluso si están todas las condiciones ¿pueden los jugadores concentrarse en su trabajo, tomando en cuenta estos y otros factores? ¿están las condiciones para ellos?
El portero de Deportes Copiapó, Hernán Muñoz, dijo que "creo que fuimos unos experimentos (junto a sus compañeros)" en unas declaraciones realmente tristes.
Lamentable es que los jugadores sientan esta condición de cara a lo que pueda pasar con los encuentros de los equipos llamados "grandes". Allí sin duda que toma especial relevancia el duelo entre Colo Colo y Universidad Católica, que podría dejar a la UC como campeona. ¿Qué pasaría en una celebración de hinchas en un torneo que, sin estallido social, ha registrado incidentes en otros años, más si se trata de un enfrentamiento de lo que se ha llamado "clásico"?
La Conmebol suspendió la final de la Copa Libertadores, la Teletón su cruzada solidaria y lo mismo con otros eventos, entonces la pregunta es ¿el fútbol chileno es una actividad de otro mundo?
El problema no es reanudar, sino el cómo y a sabiendas que no hay control de muchos factores. Finalmente hubo espectáculo pero no dentro de la cancha, sino que fuera de esta.