Redacción
El conductor de un vehículo intentó burlar un control de Carabineros dejando en evidencia que tenía un arma de fuego en su poder. No era la primera vez que era sorprendido con un arma de fuego, por esa razón fue condenado a pasar más de 10 años de cárcel sin derecho a beneficios.
En el primero de los casos, el Ministerio Público a partir de marzo de 2018, inició una indagatoria cuando personal de Carabineros sorprendió a Javier Tapia Gallardo, quien mantenía en su poder una escopeta 12 milímetros y apta para ser disparada, además de dos cartuchos del mismo calibre. Además, mantenía en su poder un cuchillo cocinero del cual no pudo justificar razonablemente su porte. Hechos que motivaron su detención, abriendo en ese instante la Fiscalía una carpeta investigativa.
En septiembre del mismo año, protagonizó un hecho similares características, cuando junto a otros dos sujetos desconocidos, circulaba en un vehículo en horas de la madrugada por el sector de la Avda. El Chañar de la capital regional. En ese instante advirtieron la presencia de personal de Carabineros que realizaban controles selectivos. "Esto motivó que el vehículo se diera a la fuga por distintas arterias de la ciudad, logrando Carabineros darle alcance en Avenida Circunvalación instante en que los ocupantes del vehículo escaparon a pie. Siendo detenido en el lugar Tapia Gallardo por personal uniformado", dijo el fiscal Leonel Ibacache.
Asimismo, señaló que en el segundo hecho, el imputado portaba una escopeta sin culata, pero capaz de disparar, además de dos cartuchos 12 milímetros.
Por estos antecedentes la Fiscalía agrupó las causas y presentó acusación por los ilícitos, logrando que los Jueces del mencionado Tribunal condenaran a Javier Tapia Gallardo por el delito de porte de arma de fuego prohibida, siendo sentenciado a la pena de 7 años de presidio. Además de recibir otra pena de 3 años y un día privado de libertad por el delito de porte ilegal de arma de fuego y 61 días de cárcel por el porte de arma blanca.
Estas sanciones, de acuerdo a lo establecido por el Tribunal Oral, deberán ser cumplidas de manera efectiva en la cárcel de Copiapó, al no concederle al acusado beneficios alternativos.
7 años de presidio por el delito de porte de arma de fuego prohibida fue la condena para el poblador.