Llamativos resultaron los resultados del Producto Interno Bruto (PIB) de la Región de Atacama, no porque terminaran a la baja que era lo que era previsible producto de la caída en la minería y término de obras de ingeniería civil, sino que otras zonas mineras lograron cifras diametralmente distintas, siendo Antofagasta la que registró un salto gigantesco con un 9,1%.
La teoría dice que cuando "llueve, todos se mojan", pero esto no ocurrió en el norte con una Atacama que sigue mostrando números preocupantes, dado que se suma al último informe de desempleo que superó los 9 puntos.
El panorama no mejoraría en 2019. Expertos ya visualizan un escenario parecido del PIB 2018, lo que deja como una mejora más próxima el 2020, pero bajo una perspectiva que pareciera demasiado optimista dado los constantes traspiés de las iniciativas en los últimos años. NuevaUnión alberga las esperanzas, pero la paralización de sondajes ordenada por la Corte de Apelaciones invitan a ir mirando con cautela los pasos a seguir y no traspasar toda la responsabilidad a un proyecto en específico.
La guerra comercial entre China y Estados Unidos sigue golpeando al país, cuyas autoridades han llegado al punto de pedir "rezar" para que termine, dado que Chile poco y nada puede hacer ante dos gigantes que mientras pelean, el resto de las naciones mira. Mientras que los proyectos de energía renovables no convencionales son una ayuda espectacular para un mejor ambiente, pero están lejos de tener el impacto económico de la minería.
El debate de la diversificación de la matriz productiva volvió como ha sucedido en otras ocasiones, pero al menos hoy es imposible que se traduzca en cifras. El turismo sigue siendo una actividad en "pañales" y al que aún no todos los actores se han sumando como se debe, por lo que es imposible cargarle una responsabilidad cuando las condiciones no están dadas.
Hay que tener claro que estamos hablando de un trabajo a largo plazo, y la experiencia demuestra que en otras comunas recién tras 30 y 40 años, se han logrado réditos como sucedió en La Serena, que es un baluarte de la actividad nacional.
Es entendible la urgencia de los resultados, pero ver al turismo como el "salvador" hoy es un grave error y sería más grave que no se siguiera desarrollando porque no le "está dando" cifras a la región.