En la ceremonia de colocación de la primera piedra de la construcción de la Biblioteca Pública de Chañaral, la Ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés Chadwick, evocó en sus palabras a la poeta Gabriela Mistral, quien dijo que "Chile es una voluntad de ser", refiriéndose a que el país siempre sale adelante en momentos difíciles, tal como ocurrió con la reconstrucción después de los aluviones de los años 2015 y 2017.
Y tiene razón la Ministra, porque hace cuatro años las comunidades de la provincia de Chañaral, sufrieron la peor catástrofe en su historia. Ese día, el aluvión se llevó vidas humanas, arrasó con poblaciones, establecimientos industriales, comerciales, edificios públicos, etc., entre éstos, la Biblioteca Pública que perdió el 100% de sus libros y el patrimonio histórico-audiovisual.
Durante un mes los funcionarios de la biblioteca trabajaron en la calle entregando libros infantiles en barrios, gracias a un solidario aporte de la Biblioteca de Santiago. Ese gesto en favor de los niños fue un potente mensaje, en el sentido que había que tener confianza y esperanza que vendrían días mejores. Y así fue. Luego, la Pontificia Universidad Católica de Chile, mandatada por su Rector, levantó una acogedora Carpa-Biblioteca de 110 m2 con mobiliarios para que funcionase de forma temporal. A continuación, la ex Dibam otorgó los fondos de un PMI para la elaboración del diseño arquitectónico del inmueble.
Las autoridades y ciudadanos saben que una biblioteca permite brindar espacios que fomentan el hábito lector, asimismo, servicios digitales y de información, transformándose en un lugar de encuentro y participación de los vecinos, mejorando la calidad de vida de éstos a través de su función cultural, social, educadora y económica. En el caso de Chañaral, se avala con el encuentro latinoamericano de escritores, gestión que la Ministra hizo un reconocimiento público.
Hoy comenzaron las obras de la Biblioteca en el puerto, por lo que vayan los agradecimientos al Gobierno Regional, al Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, a la Municipalidad, a la dirección regional de Arquitectura del Mop, al CORE y a todos quienes aportaron para que el innovador edificio bibliográfico sea una realidad.
Omar Monroy
Miembro correspondiente Academia Chilena de la Lengua