El accidente de un bus de la empresa Línea Azul, que dejó seis muertos, provocó amplias repercusiones y la intervención del Ministerio Público, que lleva adelante una investigación por el cambio de la patente de la máquina, deficiencias en la mantención y la poca rigurosa revisión técnica aplicada a la máquina. A pesar que el Ministerio de Transportes lanzó toda su "artillería" contra la compañía, el servicio de su principal ruta interurbana, entre Chillán y Concepción, sigue vigente, amparándose en la ley. Transportes canceló las frecuencias interurbanas, no así las rurales es decir aquellas que no superan los 200 kilómetros.
La decisión abrió un escenario indeseable para la autoridad, dado que siguen los cuestionamientos por la falta de fiscalización, a lo que se suma que la compañía sigue funcionando.
En esto hay que ser claros. Si Transportes emitió una orden y la empresa sigue esa orden, ¿cuál es el sentido de plantear medidas adicionales como propone y sin especificarlas?
El problema, independiente de los cuestionamientos morales o éticos, debe ser traspasado a la normativa en este caso el Decreto 212, que pareciera estar demasiado anclado en el pasado y que muestra distancias que no se entienden en la categorización de seguridad si recordamos lo ocurrido en Atacama hace unos meses. En diciembre del año pasado un bus volcó en la ruta 5 Norte, entre Copiapó y Caldera, dejando 16 heridos que no tenían cinturón de seguridad. Nuevamente es la normativa la que apareció en la palestra, dado que faculta a los buses rurales a que no tengan la obligación de instalar cinturones de seguridad en los asientos de los pasajeros.
A pesar de la gravedad no hay cambios o atisbos de modificaciones, lo que parece ilógico en un país que tiene mejores estándares de seguridad en viajes largos respecto a otros países, pero que no puede resolver algo tan irrisorio como es que estos hechos van a causar el mismo daño sin cinturón, ya sea en una ruta de 300 kilómetros o en otra de 199.
Lo descrito da un evitable espacio para realizar preguntas que no se condicen con un país en vías de desarrollo como ¿acaso hay una seguridad de primera y segunda categoría?