La economía es una ciencia social, por esto, sus respuestas no son absolutas y están sujetas a interpretaciones dependiendo de una multiplicidad de elementos, siendo uno de los más importantes, los supuestos iniciales. Existen supuestos que son inocuos, porque si se modifican un poco, las principales conclusiones no cambian mucho. Sin embargo, hay otros supuestos que pueden ser cruciales y su modificación va acompañada por un cambio sustancial en la conclusión. Por eso, es esencial que el economista logre comprender las implicancias de sus supuestos dentro de su análisis.
Supongamos que estamos analizando el mercado laboral. Si el supuesto es que el mercado es altamente competitivo, podríamos decir que una regulación como el salario mínimo, por sobre el de equilibrio, podría generar desempleo. Este equilibrio es de largo plazo y asume que una mano invisible se encarga de regular los precios. Este tipo de intuición sigue las ideas de von Hayek.
Sin embargo, si el supuesto es que ese mercado es más bien un monopsonio: monopolio del comprador, en este caso la firma que necesita horas-persona, entonces la conclusión no es tan clara. Un aumento en el salario mínimo podría implicar incluso una menor tasa de desempleo. Dada la existencia de un solo comprador de trabajo, éste podría usar su alto poder de negociación para deprimir los salarios.
Luego, un incremento obligatorio podría llevar a que los trabajadores dispusieran de un ingreso mayor, lo que aumentaría el consumo, y por ende, tendría que existir un aumento en la producción, lo que llevaría a una mayor demanda por los factores de producción, siendo el trabajo, horas-persona, uno de ellos. Este tipo de análisis es lo que se conoce como intuición Keynesiana.
Los pensadores
Friedrich von Hayek fue un economista austríaco que ganó el Premio Nobel de Economía en 1974 por su trabajo pionero en teoría del dinero, fluctuaciones económicas y su profundo análisis sobre la interdependencia del fenómeno económico, social e institucional. Hayek se hizo conocido por su defensa del capitalismo de libre mercado donde coloca la libertad de las personas al centro de su análisis y muestra cómo el gobierno puede generar múltiples ineficiencias que son pagadas con los impuestos de los contribuyentes.
Por el otro lado, está John Maynard Keynes, quién fue un economista británico que revolucionó el campo de la macroeconomía con su libro "La Teoría General del empleo, el interés y el dinero", que se refiere a la importancia del Estado en la economía y cómo éste puede estimularla a través del gasto fiscal. Para Keynes la importancia de mantener el desempleo bajo, a pesar del endeudamiento que puede significar para el estado, lo llevó a responderle a sus críticos que "en el largo plazo, estamos todos muertos", (Breve Tratado sobre la Reforma Monetaria, 1923).
Supuestos y realidad
Como se decía al comienzo, la respuesta a una pregunta depende de los supuestos. Todo buen economista, hace sus supuestos intentando acercarse lo más posible a la realidad, pero sin perder la suficiente simplicidad para ser capaces de resolver el problema. En el caso Chileno, debemos preguntarnos ¿qué enfoque es más apropiado para tener un mayor crecimiento económico? El crecimiento es esencial para poder abordar nuestros problemas de pobreza, desigualdad, empleo, pensiones, entre otros. Para poder responder, debemos mirar las características del país. Usualmente nos comparamos con países de la OCDE, Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, y miramos sus políticas públicas.
No obstante, ¿es realmente correcto compararnos con Australia que adoptó la institucionalidad anglosajona en la colonia, o con Japón que tiene una cultura milenaria? ¿Es correcto mirar a Suecia que tiene un reducido número de cargos de confianza política comparado con la realidad chilena?
Propuesta para chile
Ambos economistas han aportado mucho a la disciplina y, de cierto modo, ambos están en lo correcto. Hayek contribuye con su visión de que en el largo plazo los precios se ajustan solos y el libre mercado ha generado más riqueza y bienestar que nunca antes en la historia de la humanidad. Keynes contribuye con una solución rápida para luchar contra el desempleo, asumiendo una acción estatal decidida.
Sin embargo, cuando el Estado tiene problemas de eficiencia y probidad, éste se transforma más en parte del problema que de la solución. Chile hoy, necesita más Hayek y menos Keynes. El país necesita más mercado, menos burocracia y menos burócratas.