Nicolle Vivanco
Darwin Carmona, es de Diego de Almagro, vivió en El Salvador y pertenece a la comunidad Diaguita de Copiapó, factor que lo inspiro a comenzar su camino en la artesanía, donde de forma autodidacta aprendió a crear souvenir con material reciclado, obras que destacan por su arraigo regional, ya que están inspirados principalmente en el desierto y los campamentos mineros.
Su historia en la artesanía
El camino del dieguino en la artesanía comenzó hace cinco años, cuando realizó una lapida tallada con madera para la tumba de su madre ."A la gente le llamó mucho la atención el trabajo, yo no usaba mármol, usaba todo natural, además como esa lápida tenía un poema también me encargaron ese tipo de cosas", relató Darwin, quién confesó que su primera cercanía con la cultura fue de la mano de la poesía, talento que añade en sus productos.
Al descubrir este potencial artístico comenzó a recopilar cajas de tomate, y lanzó sus creaciones por Facebook. "Yo hago masoterapia, entonces mis clientes fueron enganchando, estaba con dos trabajos y las, dos cosas me afanan, la parte natural y el arte me encantan, a raíz de eso fui creando esta necesidad, que lo veo más que un ingreso, lo hago por el arte".
El dieguino comentó que un inicio para su familia fue difícil aceptar su afición por el arte, sin embargo de a poco fueron viendo su potencial y comenzaron a creer en él.
"Me dedicaba mucho tiempo, muchas horas, entonces lo fueron aceptando de a poco. Era extraño porque cada vez que llegaba alguien a la casa, veían lo que tenía y me decían 'que bonito ¿Me lo puedes regalar?' y yo lo compartía con ellos", mencionó.
Hasta hace un año, el artesano trabajaba todo de forma manual, sin embargo gracias al crecimiento de su negocio, logro comprar sus primeras máquinas que le permiten realizar mayor cantidad y con mejor nivel de producto, hecho que lo tiene muy feliz, ya que ha visto crecer su emprendimiento.
Raíces en Atacama
Darwin nació en Diego de Almagro y su infancia la vivió entre El Salvador y Potrerillos, campamentos mineros que le traen muchos recuerdos, en los que decidió inspirar sus letras y productos.
"Mi arte son cosas que nos han ido quedando, que tienen su historia, cosas criollas, donde se cuentan historias, por ejemplo tengo una carreta que está hecha en recuerdo de Potrerillos, en ella llevaban material pero quedó atrapada entre los cerros, y unos señores, la quemaron, yo la imité, porque la gente cuando va se saca fotos, es como un icono de la zona" relató.
El valor de los productos del dieguino llegan hasta los $25 mil. Él decidió que sus creaciones no excedan un valor, ya que no quiere volver esta afición una necesidad económica, ya que rescata la importancia de crear arte.