Como contrapeso, el Congreso deberá analizarlo detalladamente para su aprobación. Así, el nuevo Parlamento, incrementado por la Ley N° 20.840, trajo como consecuencia que se aumentara el número de legisladores en la Comisión Mixta de Presupuestos, desde 18 a 26 miembros, pero ¿cambió en algo la forma de análisis del Presupuesto?
La respuesta es no. La falta de control presupuestario en nuestro país se manifiesta en que, aún cuando aumentó la composición de la Comisión Mixta, ésta todavía actúa en subcomisiones. Es más, la tercera subcomisión analiza el 36,6% y la cuarta el 35.1% del Presupuesto nacional, ambas abarcando más de la mitad del trabajo, sin considerar -por ejemplo- crear una nueva subcomisión, que sólo analice, por el volumen, la partida del Ministerio de Educación y que corresponde al 22.9%.
Destaca también la falta de coordinación entre el Senado y la Cámara de Diputados, postergándose el fortalecimiento de una Oficina Presupuestaria del Congreso como contrapeso a la DIPRES, pues aún cuando existe una, ella está compuesta sólo por 5 funcionarios que deben analizar más de 29 voluminosas partidas presupuestarias de la totalidad de los ministerios, servicios y organismos públicos.
Lo único que faltaba, la culpa es del diablo
Expulsión de sacerdotes
Todos los años, la discusión de la Ley de Presupuestos pasa a tomar un protagonismo propio, ya que a partir del mismo se pueden analizar las prioridades del Gobierno en distintas materias. El Presupuesto del año 2019 es especialmente importante debido a que es el primero de la administración del Presidente Sebastián Piñera y en él se podrá analizar cuáles serán los énfasis en estos cuatro años de administración.
Carlos Montalva Pérez, abogado
A estas alturas de la feroz crisis que vive la Iglesia Católica en pleno, después de ver y de saber de todos los cientos y cientos curas que se pasaron al lado oscuro de la fe, a nivel del mundo y en especial en nuestro país y que cada día siguen aumentando, no parece muy adecuado que nuestro papa Francisco le eche la culpa al "Diablo" de todas las brutalidades acometidas por sus pares en contra de niños, jóvenes y adultos vulnerables, y menos que a los creyentes les pida que "deben tomar más conciencia de su culpa, los errores, de los abusos cometidos en el pasado y presente, y comprometerse a luchar para que el mal no prevalezca" (sic), no parece ser muy feliz el pretender fundir los roles de los victimarios con los de las víctimas, no, no, no puede cargarle ni una mínima parte de culpa de esas aberraciones a quienes no las hicieron, en resumen el echarle la culpa al "Diablo" es como si le estuviera echando la culpa al empedrado, lo real, lo que prevalece y los miles de casos descubiertos de abusos, dan cuenta que fueron hechos por personas que vestían sotanas y en plena conciencia personal de sus actos y como hombres que se supone que son, deben enfrentar a la justicia terrenal en la forma y en fondo y después a la Justicia celestial, para eso no hay ningún apuro, tendrán toda la eternidad para hacerlo, por ahora se debería dejar fuera la "perfomance" de la "Cola del Diablo", imputarle culpas al Diablo, es simplemente evadir las culpas propias de cada abusador, tal vez en el siglo XIV, VII ó en el IX de seguro hubiera funcionado a la perfección, pero hoy en pleno siglo XXI, rápidamente nuestro papa Francisco se dará cuenta que... no ha lugar...
Luis Enrique Soler Milla
La expulsión de Precht y Karadima, me recuerdan el final del cuento "Pedro y el Lobo". El pastorcito aburrido que para divertirse de los vecinos, inventó que el lobo venía hasta que realmente apareció. Algunos no verán la relación ya que, en la realidad, eran las ovejas las que no mentían y el lobo si llegaba, una y otra vez, feroz e insaciable disfrazado en sotana. En coincidencia, fallaron en cuidarlas y, tal vez, al igual que Pedrito, solos y tristes, se han dado cuenta que es malo mentir y sin ovejas tienen que buscar un nuevo trabajo. Pero, sin renuncia al báculo de Ezzatti, no podremos expresar la verdadera máxima de este cuento: los pastores están para mantener a salvo a las ovejas. renovado amor a nuestro país.
Álvaro Lira