Redacción/P.Vásquez
Usaba ropa con el logo de la minera donde supuestamente trabajaba, tenía tarjetas de presentación en las que estaba su nombre y un supuesto cargo de jefatura. Sin embargo, sus aires de grandeza serían la evidencia de un engaño.
Es conocido como "el gato romano" , quien se hospedó en un hotel de Copiapó, donde llegó con su vestimenta y señaló que pagaría la empresa. Incluso trajo a una mujer desde la región de Coquimbo a quien le prometió trabajo en la minera. Sin embargo, la historia comenzó a caerse cuando desde el hotel llamaron a la minera y la empresa informó que él no trabajaba para la organización. Ante esto, lo encararon diciéndole que era un estafador.
La mujer discutió con él y le dijo que se bajara de la camioneta. Luego siguió con la misma manera de operar tras irse del hotel sin pagar, contactó a una persona para arrendar un departamento en el sector El Palomar con quien firmó el contrato, sin embargo no pagó el mes de garantía ni el primer mes de arriendo. Por otra parte, engañó a una mujer para que ésta le hiciera aseo en el departamento, a quien finalmente no pagó sus servicios. De la misma manera habría engañado a un repartidor de agua, con la promesa de pagarle el pedido a través de transferencia electrónica, una vez más indicando que era supervisor de minería, lo cual nunca realizó. Y es que ni siquiera la ropa canceló, ya que los dueños de una tienda de confecciones de Vallenar, hasta donde el imputado llegó a principios de septiembre para solicitar vestimenta con el logo de "Collahuasi", ropa que finalmente nunca pagó y la que usaba para concretar las estafas.
La indumentaria fue incautada por la PDI el día en que el "gato romano" fue detenido en el departamento de El Palomar, donde se recuperó un parlante bluetooth que había obtenido el imputado tras engañar a un joven que lo ofrecía a la venta por internet.
En la audiencia el fiscal Sebastián Coya formalizó la investigación por seis delitos de estafa y un hurto, todos cometidos en Copiapó y cuyas denuncias de las personas afectadas, llevaron a solicitar al Tribunal una orden de detención en contra de esta persona, procedimiento que fue concretado por personal de la Brigada de Delitos Económicos de la PDI. "El imputado utilizaba ropa con el logo de esta empresa y decía ser supervisor de la misma, además de tarjetas y un número de RUT para poder comprar mediante factura. A juicio de la Fiscalía el detenido constituye un real peligro para la sociedad, ya que si bien la estafa es un simple delito y no se califican como crímenes, el carácter de éstos y la reiteración con que los cometía dejó de manifiesto que el imputado de dedica a cometer este tipo de hechos. Argumentando el Ministerio Público que esta persona mantiene antecedentes por acciones similares desde el año 1985 en distintas ciudades del país", dijo el fiscal.
El tribunal accedió a la petición de la Fiscalía y determinó la medida cautelar de prisión preventiva y un plazo de tres meses para el cierre de la investigación. Arriesga una sanción efectiva de cárcel, ya que sus antecedentes penales, frente a una futura condena, le impedirían acceder a una pena sustitutiva.