Al recibir una citación del colegio de su hijo, con carácter de URGENTE, Pascuala rompió en llanto al darse cuenta que coincidía justo con el congreso que tenía hace meses programado en Brasil. Ella una mujer talentosa, trabajadora, llena de compromisos sociales, preocupada además de su estado físico , asistiendo religiosamente a clases de gimnasia, excelente cocinera, pendiente de los detalles hogareños, voluntaria en un hogar de niños, comprendió en ese instante que tenía confundidas las prioridades en la vida y se desplomó emocionalmente. Secó pronto las lágrimas y se reunió con sus descendientes preguntándoles con valentía lo que sigue:
¿Hijos queridos como se sienten, creen que estoy cercana a sus necesidades o me perciben lejana, indiferente, poco afectiva?...en fin. El silencio de los niños la conmovió profundamente ya que en ellos palpó dolor, sorpresa y e indiferencia. Con ese amor maternal que suaviza los más grandes conflictos se acercó uno a uno y en cada abrazo sintió que el tiempo perdido no volvería y decidió por lo mismo, recomenzar…
Queridos amigos lectores, organizar las actividades del trayecto no es nada fácil, sin embargo para disfrutar lo esencial de la vida hay que hacerlo con prisa.
Delegar es una tremenda oportunidad para ordenadamente definir que hacer o que dejar en otras manos. Nadie debe convencerse que es un ser superior solo por el placer de ser admirada, valorada y halagada por otros.
La decisión de tener hijos requiere claridad, responsabilidad, desapego a los triunfos en etapas en que los niños son pequeños y tanto nos necesitan.
Recordemos que como madres si estamos estresadas gritaremos a los niños muchas veces sin justificación. El stress consume toda la energía positiva en minutos y la frustración nos hace caer en un hoyo negro que nos saca del centro emocional. Hacer más no es igual que hacerlo bien , entonces escribamos los deberes, deleguemos a tiempo, organicemos las horas y ante todo no descuidemos el motor que nos hace partir día a día llamados hijos, así nunca sentiremos el horror de no tener tiempo para ellos.
Fomentemos en nuestro interior el razonamiento y nos daremos cuenta que es sin duda la mejor ayuda y compensación en nuestras angustias maternas.
Mily Soler Grez comunicadora social