Es importante para comprender cómo va a afectar nuestros estilos de vida el proceso descentralizador conocer en detalle de qué manera va a operar, así como también es fundamental cómo entender proceso del pasado, como la regionalización que permitió un gran paso hacia el desarrollo fuera de Santiago. El tema de la división administrativa de Chile tiene tanta data como la vida independiente del país pues ya en 1826 se crearon las primera 8 provincias de mano de las leyes federales las cuales tuvieron corta vida.
Dando un salto en la historia llegamos a 1950 cuando la Corporación de Fomento Productivo propuso la creación de seis macro regiones según criterios geográficos que pudieran potenciar el desarrollo económico, desde ahí se llega hasta 1964 cuando el Presidente Eduardo Frei Montalva establece la redistribución administrativa del país en provincias. La regionalización llega de la mano de la Junta Militar, que en 1974 proclaman la nueva división del país en 12 regiones y una Metropolitana.
Es por ello que esta nueva forma de administrar podría ser considerada como la mayor reforma del Estado y su forma gradual de establecerse llevaría a la autonomía de las regiones para 2022.
La nueva forma de administrar el país requiere de aumento de dotaciones en las municipalidades aunque aún se desconoce el número de nuevos puestos y la forma en que avancen los contratos según la actual fórmula, eso significa el traspaso de contrata a planta como una forma natural en que debería desarrollarse este crecimiento.
En política, muchos están expectantes a ver lo que pasará cuando terminen para siempre los intendentes designados por el ejecutivo y comiencen a operar los gobernadores electos democráticamente. La autonomía del poder central va a generar una mayor independencia en el gasto y los tiempos en que estos procedan, lo que daría más posibilidades a los nuevos regentes a responder más rápido a las necesidades de la gente.
El tiempo de esta reforma se acerca con pasos agigantados, ya para 2020 sería la prueba de fuego con la primera elección, este hito será definitorio puesto que las próximas elecciones presidenciales dependerán en mayor medida en el resultado de estos comicios. La preparación para entonces debe ser tomada como prioridad el pilotaje mediante reglamentos necesarios para la nueva conducción.