Las historias de inclusión en los rieles de Ferronor en Atacama
INTEGRACIÓN. La empresa fue distinguida como "Empresa Segura y Socialmente Inclusiva 2018" en la categoría "Apoyo a la Contratación" .
"Nosotros no vemos la inclusión como una obligación, sino como algo natural de nuestro propio proceso", comentó el gerente general de Ferronor Juan García, días después de que la empresa fuera distinguida en la categoría "Apoyo a la Contratación" 2018 por la Mutual de Seguridad de la Cámara Chilena de la Construcción.
La razón principal por la que Ferronor -compañía ferroviaria de transporte de carga- se adjudicó el premio, obedece a sus políticas de inclusión con los trabajadores que muestran discapacidad física, las que rigen mucho antes que comenzara a aplicarse en el país la ley 21.015, de acuerdo a la empresa.
"La inclusión es para nosotros un proceso natural. En nuestros procesos de selección el foco está puesto en las capacidades de las personas para desempeñar el puesto y las incapacidades físicas no resultan ningún obstáculo en la contratación de nuevos colaboradores", precisó García.
Jonathan Morales, maquinista
Es en 2013 cuando Jonathan se incorporó a las filas de Ferronor como aspirante de tracción o maquinista. Tras sufrir una artrosis séptica en la cadera derecha siendo muy niño, quedó discapacitado, sufriendo un dolor constante y dificultades para caminar. Esta condición no fue impedimento alguno para salir adelante y ya, mayor de edad, ser reclutado como asistente de tren y, posteriormente, ser promovido a maquinista, puesto que ocupa hace ocho años. En la práctica él es el encargado de operar la locomotora y controlar, velocidad y frenos en trenes de carga de 35 tolvas.
"Desde que entré, la ley de inclusión laboral no existía, y mentiría si dijera que fui discriminado. Al contrario, tuve mucho apoyo, me trataron muy bien y tuve las mismas exigencias. Ser ferroviario es una pega bonita. Estar en movimiento, ver los paisajes, es algo muy de vocación, me fascina lo que hago", comentó.
Franco Ortiz, asistente de control de tráfico
Un joven Franco de 19 años fue contratado en 2011 en el cargo asistente de trenes, puesto que desempeñaría sin problemas por dos años, cuando un inesperado accidente automovilístico, ocurrido mientras compartía con sus amigos en sus días de descanso, le provocó un giro total a su vida.
Franco Ortiz quedó parapléjico, teniendo que empezar a rehacer su vida desde una silla de ruedas. Tras un año de rehabilitación, el joven pensaba que sería despedido. Sin embargo, volvió a incorporarse a las filas de Ferronor, sin problema alguno, esta vez como asistente de control de tráfico.
"Ferronor me esperó con los brazos abiertos, reacomodándome y dándome la oportunidad de seguir adelante. Aparte adaptaron la rampa de acceso, adaptaron baños, y accesos para que pudiera trabajar con mi silla de ruedas. A mi retorno todo siguió siendo lo mismo, con los muchachos ya nos conocíamos, años trabajando juntos, nunca cambió la forma de tratarme a mí o yo a ellos. No me miran y ven a una silla de ruedas, ven al Franco que conocieron", dijo el trabajador.
Abraham Espinoza, bodeguero y chofer
Un accidente laboral hizo que Abraham sufriera la amputación de tres dedos de la mano izquierda, lo que se tradujo en un 40% de incapacidad laboral. Esto hizo que al reincorporarse a la compañía ya no pudiese desempeñar el mismo puesto. Es así como Ferronor le reasigna un nuevo puesto pensado para él, creando la función de bodeguero y chofer.
Con casi 12 años en la empresa, Abraham sigue desempeñando este puesto. "Mi experiencia ha sido positiva, he tenido buena acogida después de mi accidente, tanto de la empresa de los compañeros, hubo mucha comprensión. La empresa me dio la oportunidad de seguir trabajando, me reubicó, me dio la posibilidad de hacer otra cosa con la discapacidad que quedé y feliz, bien, tranquilo".