Este viernes 10 de agosto se celebró el día de San Lorenzo, fecha en la que se conmemora el día del minero. La fiesta encontró al sector con una situación de expectativas latentes y datos que llaman al optimismo. Chile se encuentra consolidado como el primer productor del orbe con un 28% de participación en la producción mundial y posee el 29% de las reservas mundiales.
Asimismo, el precio se ha estabilizado en una cifra que bordea los 3 dólares la libra y se estima que la demanda de cobre al 2030, aumentará en promedio un 1 a un 2% anual, lo que significa un requerimiento de unas 250000 a 500000 toneladas mas por año impulsado por la industria de los vehículos eléctricos y de las energías renovables no convencionales.
En el plano regional, según estudios de Cochilco, nuestra región de Atacama presenta un potencial de inversión en el sector de la gran minería al año 2026 que la sitúa en segundo lugar a nivel nacional, con US$9.491 millones y 9 iniciativas que podrían materializarse en dicho horizonte de tiempo.
Por ello, y luego de la experiencia del super ciclo vivido entre 2010 y el 2015, se hace necesario reflexionar sobre el como la principal actividad económica regional debe evolucionar desde una lógica meramente extractiva hacia el desarrollo de proyectos sustentables y más amigables con las comunidades. Importantes proyectos quedaron en espera de su ejecución con la consiguiente pérdida de inversiones y puestos de trabajos y de encadenamientos productivos, que hasta el día de hoy se notan en nuestras comunas.
Los nuevos proyectos deberán obtener la denominada licencia social, aportando no solo empleo y generación de servicios, sino que también instalen capacidades en los territorios que impactan y sobre todo en las personas para promover la diversificación productiva y el desarrollo sostenible.
Complementariamente, no debemos olvidar que Atacama es la capital de la pequeña y mediana minería, la que tiene una incidencia directa en el plano local y que activa en gran medida su actividad económica. Por ello debemos trabajar para hacerla más eficiente, más segura y más sustentable. para lo que se requiere un rol esencial de la Enami.
Las perspectivas son alentadoras. Para materializarlas hay que trabajar en conjunto entre el sector público, los privados y los centros formadores para crear las condiciones necesarias en infraestructura y capital humano. Así Atacama podrá capitalizar el crecimiento de la minería y serán sus habitantes los que verán mejoradas sus ciudades y su calidad de vida.
Rodrigo Rojas Veas Rector Santo Tomás Copiapó