A poner ojo con el clima
No hay acuerdo en cómo será este invierno. Unos hablan de lluvias y otros de que puede ser seco para Atacama, en este caso aumentaría el déficit de agua. Si no existen nuevas precipitaciones en el corto plazo, la nieve que cayó en cordillera sublima y se pierde hacia la atmósfera y no toda escurre, ni se acumula para los deshielos de primavera.
La tendencia de precipitaciones de la última década es al aumento de la temporales en la zona norte del país, según los expertos los eventos observados durante este tiempo responden a los efectos esperables por el cambio climático, mayores inundaciones, mayores sequías y un aumento de los índices meteorológicos extremos.
Es por este motivo que el clima causa tanta discusión, pues ante cualquier anuncio de lluvia aún no se sabe que esperar. Es así como los anuncios de la Dirección Meteorológica de Chile que señalan lluvias acumuladas por sobre lo normal generó opiniones diferentes, de parte de los especialistas locales. Uno de ellos, Cristóbal Juliá de la Seremi de Minería de Coquimbo, salió al paso ante el modelo que se presentaba, anunciando que este será un año seco y frío.
Por una parte la ciudadanía podría descansar de las alertas constantes que provocaron los cuatro eventos consecutivos de 2017 y que disminuyó algo el déficit de agua caída, no obstante, los especialistas argumentan que la zona aún no sale completamente de la sequía y que la posible carencia de lluvias podía significar un retroceso.
Tras las nevazones de junio si no existen nuevos aportes de aguas, como precipitaciones en el corto plazo, solo provocaría que toda la nieve que cayó en cordillera sublima y se pierda hacia la atmósfera y no toda escurra, ni se acumularía para los deshielos de primavera.
Es más según los reportes solo cayó nieve en la provincia del Huasco, lo que significa que en la cordillera de Copiapó, no se han acumulado las cantidades necesarias de nieve, lo que exige para la agricultura poner énfasis en una meticulosa administración del agua acumulada en los embalses de la región.
En cuanto a los modelos internacionales se prevé la formación del fenómeno de El Niño en los meses de agosto a octubre en el océano Pacífico ecuatorial, no obstante esta presunción también podría significar que El Niño se genere en plena estación de calor lo que en definitiva significaría ausencia de lluvias en invierno y un aumento de la temperatura para el próximo verano.